Encontrando Tranquilidad en una Casa Llena de Niños

Personalmente he estado en hogarse de familias numerosas donde reina la paz, ya que los miembros de dicha familia son por naturaleza, calmados y bastante reservados.

No obstante, éste no es el caso de mi propio hogar, en el cual 9 de los 12 niños aún están viviendo en casa; para nosotros el silencio es un bien sumamente extraño y precioso.

Ésto se debe a que somos una pandilla bulliciosa. También tengo que tener en cuenta que 7 varones (las otras 2 son niñas) aportan una gran dosis de la hormona conocida con el nombre de testosterona, la cual es responsable de la agresión.

Además, también está el hecho de que 4 de los varones que aún viven en casa son adolescentes, y se caracterizan por padecer la angustia propia de la adolescencia. ¿No es completamente normal que anhele disfrutar de un poco de calma fuera de la tormenta que reina en mi hogar?.

Es por esta razón por la cual cuido con celo y entusiasmo mi tiempo de calma y soledad. Se supone que las mañanas son exclusivamente mías; siendo el momento en el cual mis hijos se encuentran realizando diferentes actividades, ya sea en la escuela o en el trabajo.

En la práctica, sería una mañana sumamente inusual si alguno de mis hijos no se encontrara en casa; ya que al tener tantos hijos, alguno de ellos/as siempre estará enfermo o de vacaciones.

Es realmente dificultoso tragarme el resentimiento cuando me doy cuenta de que una vez más, no podré disfrutar de mi tiempo de soledad.

Saboreando la Paz y la Quietud

Pero en aquellos maravillosos momentos en los que todos se encuentran fuera de casa, saboreo y disfruto plenamente de la calma. Es difícil decidir si utilizar estos momentos para centrarme en las tareas domésticas, o para desahogarme y descansar mientras bebo litros de café y juego al Solitario Spider.

Es notable para mí que el hecho de lavar la vajilla se convierta en una tarea terapéutica en la quietud de dichas mañanas. Mis pensamientos parecen ir ordenándose a medida que voy trabajando; siendo ésta una forma económica de practicar la autoterapia.

Disfrutando de la felicidad y del amor

A veces, realmente necesito profesar mi amor y voy a buscar a alguno de mis hijos a la escuela para que pueda disfrutar de un tiempo a solas conmigo. Ésto es un sacrificio, pero sé perfectamente que es una buena manera de compensarnos mutuamente.

Cada uno de mis hijos necesitan saber que son únicos y que merecen toda mi atención. Yo, por otra parte, podría haber pasado por alto la experiencia de reconocer a mis hijos como individuos si nunca hubiera sacrificado mi tiempo de soledad y calma por disfrutar del placer de pasar un tiempo a solas con alguno de los miembros de mi prole.

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