A Veces los Libros se Equivocan

***Anécdotas y consejos provenientes de una Súper Mamá de 12 niños

Preparando a los hermanos mayores para la llegada de un nuevo bebé

Llegando a la etapa final del embarazo de mi segundo hijo (¡uno de los 12!), seguí el consejo que proporcionaba mi libro sobre crianza de bebés y comencé a preparar a mi hija para la llegada de su nuevo hermanito, aunque aún faltaban 18 meses para el nacimiento de su hermana.

Cuando di a luz a mi primer bebé, le compré un obsequio a mi esposo para compensarlo por los momentos en los que podría llegar a sentirse celoso por la atención que le prodigaba al bebé.

Durante el segundo embarazo también le compré un obsequio a mi hija. Envolví ambos obsequios y los escondí debajo de la ropa interior (¿alguna vez más llegaría a quedarme bien mi precioso conjunto de ropa interior color camel repleto de encaje?) en uno de los cajones de la cómoda.

También hablé sobre el tema con mi hija, durante todo el transcurso del embarazo; le expliqué lo mejor que pude sobre el evento que ocurriría en muy poco tiempo. Sin embargo, sin importar las palabras que usara, sentía que las mismas resonaban en mi mente, diciéndome: "Bebé.

El bebé nacerá muy pronto", mi hija no tenía ni idea de lo que significaban las palabras que repetía con su boquita.

Preparándose para el mágico evento

Es así que decidí utilizar otras técnicas para preparar a mi hija para afrontar tal evento. Invité a mamás que tenían bebés a nuestra casa, y dejé que mi hija tuviera en sus brazos a los pequeños bebitos, contando con mi ayuda para alzarlos y acunarlos. Recuerdo que le dije: "¿Ves que hermoso bebé?".

Por otro lado, compré un libro que hablaba sobre lo qué significaba para un hijo único la llegada de un nuevo hermanito/a. Mientras leía el libro, señalaba el vientre de la mamá embarazada de nueve meses que estaba impresa en el libro, y después de ello señalaba mi propio y prominente vientre. Luego le dije, deformando un poco la verdad anatómica: "Ambas tenemos bebés en nuestra panza".

Mi pequeña hija señaló mi ancha cintura y mi prominente vientre, y dijo lo siguiente: "Bebé."

A veces los libros se equivocan

De alguna manera, me dí cuenta de que mi hija no entendía una palabra de lo que le estaba diciendo y comprendí que estaba malgastando mi preciado tiempo en tratar de lograr que mi niña entendiera el tema de la inminente llegada del bebé de manera tangible .

Aunque traté y traté de seguir los consejos detallados en mis libros sobre crianza de niños, me quedó claro que la única manera de que mi hija comprendiera el tema sólo ocurriría cuando naciera el bebé. A veces los libros se equivocan.

( Comentarios)
Iniciar or Registrese su comentario.

Envie su comentario

Iniciar o Registrese su comentario.

Advertisement