Tratando el Cáncer de Trompas de Falopio

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El tratamiento óptimo para una persona que padece de cáncer de trompas de falopio está basado en numerosos factores, entre los que se incluyen: su historia clínica, la fase o etapa de la enfermedad y las preferencias personales de la paciente. Existen otros factores involucrados en la decisión relacionada a cómo se debe tratar dicho tipo de cáncer. Éste será un tema que deberán discutir profundamente la paciente aquejada por esta enfermedad y su doctor de cabecera.

El cáncer de trompas de falopio es frecuentemente diagnosticado por medio de una cirugía. El protocolo es similar al utilizado para diagnosticar el cáncer de ovarios, e incluye una muestra de fluidos pélvicos, lavados pélvicos y abdominales, histerectomía, extracción de los ovarios y de las trompas de falopio, remoción de los pliegues de tejidos conectivos, extracción selectiva de nódulos linfáticos pélvicos y biopsias de las membranas que cubren la pared abdominal y del peritoneo.

En caso de que la enfermedad se encontrara en estado muy avanzado; el objetivo de la cirugía sería remover la mayor cantidad de tejido tumoral posible. Algunos cirujanos aconsejan realizar una posterior cirugía exploratoria, en la cual se realizará una segunda cirugía abdominal para corroborar si la enfermedad sigue presente o si la misma ha remitido con el correr del tiempo.

¿Quimioterapia o Radioterapia?

De acuerdo a estudios nacionales en los cuales se compararon los resultados logrados por la quimioterapia postquirúrgica y por la radiación postquirúrgica, no se han hallado diferencias significativas entre estos dos tratamientos.

Debido a que el cáncer de trompas de falopio es extremadamente raro, es sumamente difícil saber si dichos hallazgos son confiables, y por ello quizás nunca podamos saber cuál de los dos tratamientos es más efectivo.

La paciente y su doctor deberán determinar qué tratamiento es el más adecuado basándose en la ubicación de cualquier clase de resabio de la enfermedad, así como también deberán tomar en cuenta el estilo de vida y el estado de salud general de la paciente en cuestión.

Pareciera que el cáncer de trompas de falopio responde mejor a la quimioterapia que emplea cisplatino en lugar de utilizar otros agentes o regímenes en los cuales se usan múltiples drogas. No obstante, el régimen quimioterapéutico para cada persona aquejada por esta enfermedad deberá ser desarrollado por un oncólogo, teniendo en mente las necesidades individuales de la paciente.

Se han comprobado variados grados de éxito al someter a la persona que padece cáncer de trompas de falopio a terapia hormonal, dado que el rol que desempeña esta clase de tratamiento aún es incierto. El acetato de medroxiprogesterona y el acetato de megestrol han sido utilizados en combinación con la quimioterapia y a veces han sido muy exitosos, mientras que otras veces no han obtenido el éxito esperado.

El más reciente tratamiento es conocido con el nombre de: modalidad combinada, en la cual se utilizan una amplia variedad de tratamientos combinados para poder tratar la enfermedad en estado avanzado.

El mismo incluye: remover la mayor cantidad de tejido tumoral posible, quimioterapia postquirúrgica para reducir el desarrollo de remanentes tumorales, y posible radiación del abdomen y de la pelvis.

Debido a la rareza de este tipo de cáncer, es realmente muy difícil citar cifras relacionadas con la prognosis, aunque un reciente estudio poblacional descubrió que la tasa de supervivencia de cinco años para la Etapa I de esta enfermedad era de un 95%, 75% para la Etapa II, 69% para la Etapa III, y 45% para la etapa IV. En general, la prognosis para las pacientes que padecen cáncer de trompas de falopio es un poco mejor que la de las pacientes que padecen cáncer de ovarios.

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