¿Está Pensando en Utilizar los Servicios de una Partera?


Actualmente se está produciendo un hecho muy particular en Norteamérica, el cual indica que las mujeres embarazadas están eligiendo, cada vez con mayor asiduidad, a una partera como su principal proveedora de cuidados médicos durante todo el transcurso de sus embarazos en lugar de solicitar la asistencia de un obstetra especializado. ¿Pero usted se preguntará que es una partera?. Bien, una partera es una persona, por lo general hablamos de mujeres, las cuales han sido entrenadas para asistir a las mujeres en el trabajo de parto así como también brindarle todos los cuidados necesarios desde el comienzo de su embarazo hasta seis semanas posteriores a haber dado a luz a sus bebés.

Algunas mujeres temen que una partera sea incapaz de brindarles todos los cuidados necesarios y apropiados, como efectivamente podría hacerlo un profesional médico especializado en el tema. Pero ésto no es verdad. Hasta la Organización Mundial de la Salud ha reconocido la importancia de las parteras; sumado al hecho de que muchas veces las mujeres que optan por elegir a una partera para que las asista presentan trabajos de parto mucho más cortos y, por lo general, no necesitan demasiada medicación.

Una Breve Reseña Histórica Acerca de las Parteras
En varias regiones de Europa, el hecho de utilizar los servicios de una partera se ha vuelto una práctica muy común desde hace mucho tiempo, mientras que en el resto del mundo, la gente cree que es mucho más probable que una partera esté a su lado y la asista durante su trabajo de parto en lugar de un doctor, si usted reside en una zona rural y alejada de cualquier centro médico.

Las parteras han estado atendiendo y trayendo al mundo innumerables bebés a lo largo de la historia, tal es así, que hasta han sido mencionadas en la Biblia. En el pasado, las parteras no contaban con un entrenamiento formal y especializado, y obtenían su experiencia a medida que atendían más y más partos.

Sin embargo, debido a los crecientes cambios que se han ido produciendo en los ideales de la sociedad, ya a principios del siglo 20, el número de nacimientos atendidos por parteras comenzaron a declinar dramáticamente en los Estados Unidos. Muchas mujeres comenzaron a pensar que dar a luz a sus bebés, asistidas por un doctor ya sea en un hospital o en una clínica, les aportaría mucha más seguridad y tranquilidad que tener a sus bebitos en su hogar con la ayuda de una partera. Este cambio estableció un punto de quiebre con respecto al hecho de considerar a los alumbramientos como un proceso natural- tal y como se los consideraba en tiempos pasados- para comenzar a tener en cuenta cualquier clase de complicación que pudiera surgir durante el mismo y que sólo podría ser tratada y solucionada por profesionales altamente especializados y capacitados para resolver esta clase de problemas relacionados con el embarazo. Esta clase de pensamiento trajo como consecuencia que la profesión de las parteras prácticamente desapareciera por completo en los Estados Unidos.

En la década de 1960, comenzó a gestarse un nuevo movimiento conformado por mujeres que bregaban por tener un mayor control sobre sus propios cuerpos. Uno de los aspectos más importantes que propició el auge de este movimiento fue el derecho ganado por las mujeres de poder elegir la manera en la que deseaban dar a luz. Las mujeres preferían no ser medicadas o sometidas a altas dosis de calmantes que prácticamente las dejaban inconscientes y atrapadas en una camilla de hospital durante el proceso del trabajo de parto y del alumbramiento, práctica muy común por aquel entonces. Además, y sumado a las demandas de las mujeres embarazadas, comenzaron a aparecer en escena en varios hospitales una cantidad cada vez mayor de enfermeras-parteras que fueron transformándose en profesionales que llevaban a cabo sus tareas cotidianas, brindándoles su asistencia a las mujeres embarazadas y acompañando a las mismas en sus embarazos y durante la llegaba del tan ansiado momento del nacimiento. Si tenemos en cuenta que las enfermeras-parteras han obtenido entrenamiento académico para llevar a cabo su labor, fijando con el tiempo estándares educativos de mayor calidad, esta particular profesión se ha ido legitimando cada vez más con el transcurso de los años. Lo que ha dado como resultado que la combinación de estos dos factores ha permitido que las parteras pudieran volver a ser populares en América.

Por estos días en Norteamérica, las parteras se están convirtiendo en una clase de profesionales que cada vez tienen más adeptos y son más requeridas por los hospitales cuando se trata de brindar los cuidados prenatales apropiados. Los requerimientos académicos de las parteras han tomado en cuenta todos los conocimientos necesarios para que las mismas puedan obtener las acreditaciones apropiadas. Una partera, por estos días, debe contar con un gran número de años de capacitación formal así como también con entrenamiento práctico antes de que pueda obtener su diploma y se le permita ejercer su profesión. La profesión de las parteras ha dejado de ser considerada una actividad ilegal desde hace bastante tiempo, lo que significa que las mujeres que residan en Canadá o en los Estados Unidos podrán beneficiarse y utilizar sus servicios sin ninguna clase de impedimentos.

Parteras vs. Doctores
Muchas mujeres prefieren confiar en los servicios que ofrece una partera en lugar de recurrir a un doctor, debido a la diferente manera de aplicar la filosofía relacionada al cuidado y a la asistencia prenatal y posnatal que poseen las mismas. La Asociación Canadiense de Parteras resume los principios fundamentales que guían la labor de las parteras y de los obstetras de una manera sumamente sencilla:

Nosotros nos apoyamos en un modelo de atención primaria proporcionado por las parteras y los obstetras, basado en las necesidades comunitarias y en la colaboración mutua. Este modelo ha sido fundado apoyándose en los principios del cuidado centrado en las necesidades de cada mujer en particular, en la oportunidad de tomar decisiones basadas en la constante información brindada a las mujeres embarazadas, en la asistencia continua y en la posibilidad de elegir el lugar donde cada mujer desee dar a luz a su bebé.

Las parteras creen que las mujeres tienen todo el derecho de tomar sus propias decisiones, teniendo en cuenta la información que se les haya suministrado acerca de todo los temas relacionados al embarazo. Ellas/os creen que los partos y los nacimientos no deben tener lugar precisamente en un hospital. A su vez creen que toda la familia de la mujer embarazada debería estar involucrada y debería participar activamente en cada una de las etapas del embarazo, no sólo la mujer embarazada y el doctor que la estuviera atendiendo. Las parteras y los obstetras se encargarán de brindarle toda la asistencia necesaria durante su embarazo y de proporcionarle toda la información relevante para que usted pueda, de esta manera, decidir qué considera que es lo más adecuado para usted, su bebé y para su embarazo en general.

Las parteras tratarán de combinar los conocimientos médicos actuales con métodos tradicionales relacionados al embarazo y al parto. El hecho de que una mujer que estuviera esperando un bebé fuera atendida por una partera significaría que la misma sería tratada como una persona que estuviera experimentando una etapa normal de su vida, no como alguien que estuviera sufriendo alguna clase de enfermedad o complicación que sólo pudiera ser solucionada por la medicina. A pesar de que todo lo descrito anteriormente sobre las parteras y los obstetras suene muy bello y natural, obviamente existen varias diferencias entre los servicios que puede ofrecerle una partera y los que podría ofrecerle un/a obstetra.

Una de las principales diferencias entre una partera y un doctor, más allá de la diferencia que ambos profesan acerca de la filosofía aplicada a los cuidados, es el entrenamiento y la capacitación de cada uno de ellos. A una partera se la entrena para tratar con mujeres que están disfrutando de un embarazo normal, sin ninguna clase de complicación y de bajo riesgo. Es por ello que si llegara a presentarse alguna clase de complicación con su embarazo, o si surgiera algún problema en el desarrollo de su bebé durante el transcurso de su embarazo, cuando estuviera siendo atendida por una partera, usted debería ser derivada de inmediato a un obstetra para que el mismo pudiera solucionar apropiadamente dicha complicación.

No obstante, las parteras han sido entrenadas para tratar adecuadamente y enfrentar todas las facetas del cuidado prenatal, antenatal y postnatal. Así como puede hacerlo un obstetra, su partera podrá acompañarla desde el principio de su embarazo hasta seis semanas después que usted haya dado a luz a su bebé. Aún si usted debiera ser derivada a un obstetra durante su embarazo, muchas parteras continuarán visitándola a fin de brindarle apoyo emocional en ese momento tan particular.

Otra diferencia bastante notable que presentan las parteras es que a través de ellas, las mujeres embarazadas reciben un trato mucho más personalizado y acorde a las necesidades personales de cada una en particular. Muchas parteras trabajan de manera independiente junto a un grupo de colegas (usualmente conocido como asociación o agrupación de parteras). Varias de ellas trabajan en centros de parto mientras que otras tienen su base de operaciones en hospitales o en clínicas privadas. Si usted deseara concertar una cita con una agrupación de parteras o con un centro de parto (donde algunas de ellas brindan sus servicios), probablemente notaría que la atmósfera del mismo sería sumamente cálida, y orientada a la familia, si se la comparara con un centro médico (el cual por lo general, cuenta con una atmósfera mucho más ascépica y menos humanizada). Por otro lado, las parteras animan a sus pacientes a concurrir a sus citas prenatales acompañadas por sus parientes y amigos y cuentan con salas de atención lo suficientemente amplias como para que todos se sientan cómodos y bien recibidos. En algunas partes del mundo, las parteras realizan visitas a domicilio cuando deben realizarle chequeos prenatales a las mujeres embarazadas, a fin de que las mismas se sientan más confortables y contenidas. Sus citas postparto, a su vez, la mayor parte de las veces, tendrán lugar en su propio hogar (si usted así lo deseara). Además, las parteras se asegurarán de tratar de responder a todas las preguntas y necesidades que usted tenga durante su embarazo, ya sean de índole médica o emocional. Las mismas se sentirán felices de establecer un vínculo fuerte y de largo plazo con usted, a fin de asegurarse de que cualquier problema o necesidad que se presente pueda ser resuelta lo antes posible.

La Profesión de Partera en los Estados Unidos

Parteras-Enfermeras Certificadas
El nivel de cuidados que usted reciba de su partera dependerá de la cantidad de entrenamiento que la misma haya recibido. Sería muy recomendable que siempre le preguntara a su partera qué clase de certificación ha obtenido. En los Estados Unidos, existen dos clases de parteras: las parteras-enfermeras certificadas o parteras profesionales (CNM, por sus siglas en inglés) y las parteras sin preparación académica. Una partera-enfermera es una enfermera registrada, la cual también ha participado y ha obtenido un diploma en algún programa especializado en obstetricia. Para poder obtener el título de CNM, la partera-enfermera deberá, además, haberse registrado en el Colegio Americano de Enfermeras-Parteras. La misma es una junta reguladora que se encuentra emplazada en los Estados Unidos, la cual brinda programas de educación con acreditación en temas relacionados a la tarea que llevan a cabo las parteras y a su vez se encarga de establecer los estándares de la práctica clínica de estas profesionales.

Parteras sin Preparación Académica
Una partera sin preparación académica es una persona que no ha recibido ninguna clase de capacitación para actuar como una enfermera, sólo como una partera o como una matrona (tal y como se las conocía en la antigüedad). Por el contrario, una CNM es más probable que ofrezca sus servicios dentro de un hospital o de un centro de salud y además estará autorizada para prescribir cierta clase de medicación. Por otro lado, una partera o comadrona probablemente trabajará de manera independiente o pertenecerá a alguna asociación y asistirá a las mujeres embarazadas en los partos caseros y en los que se lleven a cabo en centros de parto. Sin embargo, la misma no está autorizada para prescribir medicación alguna. Pero las parteras o comadronas también pueden obtener certificación, en especial a través del Registro Norteamericano de Parteras (NARM, por sus siglas en inglés). Si una partera fuera certificada por el NARM, probablemente preferiría utilizar el título de "Partera Profesional Certificada" o CPM.

La Profesión de Partera en Canadá
En Canadá, a las parteras se las conoce simplemente como parteras o comadronas. A diferencia de Estados Unidos, país que posee una junta directiva a nivel nacional, los estándares en Canadá son mantenidos a nivel provincial por el Colegio de Parteras. La legislación relacionada al oficio de las parteras es también administrada a nivel provincial. Como resultado, el acceso al puesto de parteras no es igualitario en todas las regiones del país. En New Brunswick y en la Isla Prince Edward, por ejemplo, la profesión de las parteras no está regulada, lo que significa que las parteras en ejercicio no poseen privilegios en ningún hospital o clínica privada y las mujeres que desearan utilizar los servicios brindados por ellas posiblemente deberían pagar sus honorarios de manera particular (en provincias tales como Ontario y British Columbia, el costo de los servicios de una partera estará cubierto por el sistema de salud pública provincial). A pesar de ello, las parteras en Canadá deberán estar registradas, preferiblemente en el Colegio de Parteras de la provincia a la cual pertenecen.

Qué Preguntas Debería Hacerle a su Partera
La primera vez que se encuentre con una partera, usted seguramente querrá hacerle varias preguntas a fin de poder asegurarse de que la misma es alguien en la que usted podrá confiar. Lo primero que debería preguntarle es si ha obtenido su certifcación, y si fuera así, qué institución se la ha otorgado. Esta pregunta inicial la ayudará a asegurarse de que la misma ha recibido el entrenamiento adecuado y podrá brindarle servicios de muy alto nivel. Además de ello, debería preguntarle hace cuánto tiempo viene desempeñándose como partera, y de esta manera, podría tener una leve idea de la calidad y la cantidad de experiencia que ésta tuviera.

Por otro lado, sería muy importante preguntarle acerca de su filosofía relacionada a los cuidados y a la asistencia. A pesar de que muchas de ellas adoptarán un método de cuidados y de asistencia mucho más personalizado que otras, podrán existir mayores variantes en la manera de llevar a cabo su labor entre unas y otras.

Si usted ya estuviera decidida acerca de qué clase de parto quisiera tener, o estuviera pensando en diferentes alternativas de parto, lo más recomendable sería que discutiera estas cuestiones con la misma. Recuerde que no todas las parteras tendrán provilegios en los hospitales, por lo que debería tener en cuenta que probablemente no sería posible dar a luz en un hospital si usted así lo deseara.

Si usted estuviera pensando en un parto acuático, sería muy acertado de su parte tener en cuenta que no todas las parteras cuentan con experiencia en esta clase de partos o se sienten confortables con el mismo. A pesar de que la mayoría de las parteras animan a todos los familiares para que participen activamente en el embarazo y en la asistencia prenatal, a algunas les molestará tener a gente extraña y a familiares a su alrededor en el momento del parto. Si fuera muy importante para usted tener a todos sus familiares a su lado en ese momento tan especial , para que los mismos pudieran acompañarla y brindarle su apoyo, debería conocer de antemano la opinión de la partera, con respecto a esta clase de participación familiar. Quizás sea el simple hecho relacionado al lugar donde usted desee dar a luz lo que no permita que su familia y sus seres queridos puedan estar presentes en el momento del parto, no debido a la opinión de la partera, en cuyo caso debería reconsiderar el lugar donde desara dar a luz a su bebé.

Es esencial recordar que no todas las mujeres embarazadas podrán ser asistidas por una partera. Lo primero que debería hacer es informarse sobre los requisitos de elegibilidad necesarios para poder contar con los servicios de una partera y así ser capaz de determinar si sería conveniente utilizar los mismos o no. Además, debería tener en cuenta el costo del servicio. En los Estados Unidos, los costos podrán variar de acuerdo a qué clase de asociación o centro de parto pertenezca cada partera, es por ello que sería muy útil averiguar de antemano los diferentes costos de los servicios anteriormente mencionados. Por último, pero no menos importante recuerde verificar si su compañía aseguradora podrá cubrir todos o parte de los servicios prestados por una partera.

En Canadá, varias provincias poseen aseguradoras que cubren los servicios prestados por estas profesionales. En otros países, podrán o no ser cubiertos dependiendo de la idiosincracia y del sistema de cobertura médica de cada uno. Es por ello que debería asegurarse de constatar toda la información disponible relacionada a dichos costos y a las posibles coberturas sin importar el lugar en donde usted resida.

Dando a Luz a su Bebé con la Ayuda de una Partera
En la actualidad, usted podría estar preguntándose en qué sentido se modificaría la mágica experiencia de su parto si utilizara los servicios de una partera en lugar de recurrir a un doctor. Una de las mayores diferencias es que las parteras o comadronas- la mayor parte de las veces- atenderán los partos a domicilio, en la calidez de su propio hogar, mientras que los doctores no lo harán. Para algunas mujeres embarazadas, el hecho de dar a luz a sus bebés en la tranquilidad de su propio hogar será una experiencia que podrán disfrutar al máximo y en la que se sentirán mucho más confortables y contenidas, si se la compara con la experiencia de dar a luz en un hospital. Para muchas mujeres el hecho de dar a luz en sus hogares, rodeadas de su seres queridos y asistidas por los que más la conocen y aprecian es una de los principales intereses y anhelos relacionados al momento del parto. Si usted fuera una de estas mujeres, asegúrese de encontrar a una partera que reúna y comparta todos sus valores.

Una partera seguramente la animará a hacer lo que usted considere que es lo más adecuado según sus necesidades, y teniendo en cuenta lo que la haga sentir más confortable, ya sea el hecho de dar caminatas por los alrededores, darse una ducha o utilizar compresas calientes para tratar de aliviar los dolores propios del parto. Las parteras además no fijarán un tiempo límite en el cual usted deberá dar a luz. Por el contrario, muchos doctores tratarán de que usted dé a luz a su bebé vía vaginal, pero transcurrido un cierto plazo de tiempo optarán por practicarle una cesárea. Ya que las parteras prefieren los partos vía vaginal, las mismas no les fijarán plazos de tiempo para dar a luz, lo que dará lugar a menos cantidad de cesáreas innecesarias, y a la vez usted podrá tomarse todo el tiempo que sea necesario para traer al mundo a su bebé de manera natural.

De hecho, las mujeres que eligen dar a luz a sus bebés con la ayuda de una partera, por lo general, sufrirán una menor cantidad de intervenciones médicas. Otro de los beneficios de dar a luz contando con la asistencia de una partera o comadrona incluye el hecho de que tanto usted como su bebé sufrirán menos complicaciones.

A pesar de todo lo explicitado anteriormente, usted no estará obligada a dar a luz en su hogar con la asistencia de una partera. Las mismas podrán asistrïrla en su embarazo en las instalaciones de un hospital o en un centro de partos (la mayoría de los centros de parto están conformados fundamentalmente por parteras, que a su vez cuentan con conocimienos vinculados a la obstetricia, para actuar apropiadamente en caso de que pudiera surgir alguna clase de complicación). Incluso si usted prefiriera dar a luz en un hospital o en un centro de partos, una partera la animará a tratar de enfrentar el dolor propio del parto de la manera más natural posible, en lugar de inyectarle drogas que podrían calmarle el dolor inmediatamente. Asimismo, harán todo lo que esté a su alcance para que el parto se convierta en la experiencia más maravillosa, asombrosa y relajante de su vida.

Las parteras sienten que su papel principal en el embarazo es la tarea de brindarles su apoyo a las mujeres embarazadas en el momento del trabajo de parto. Como resultado de ello, son varias las parteras que no acostumbran a utilizar el término "asistencia en el parto" ya que piensan que ese término implicaría que ellas serían las encargadas de realizar todo el trabajo, no usted. En lugar de ello, son varias las parteras que prefieren utilizar el término "tomar o sostener", ya que este término implicaría que ellas serían las encargadas de sostener a su bebé en el momento del parto y del alumbramiento, y que fue usted la que ha hecho el esfuerzo necesario para traer a su hijo/a -según fuera el sexo del bebé- al mundo. Además, varias parteras se abstendrán de anunciarle el sexo de su bebé hasta que usted pueda comprobarlo personalmente, práctica no muy común en la mayoría de las salas de parto de los hospitales. En lugar de ello, les permitirán a usted tener el honor de anunciar si ha dado a luz a una niña o a un varoncito. Ya que las parteras juegan un papel más pasivo en el proceso del parto y del alumbramiento, muchas mujeres se sentirán más confiadas y capaces de controlar su propio cuerpo.

Cómo Encontrar a una Partera
¿Necesita ayuda para poder localizar a una partera que se encuentre cerca del lugar donde usted reside?

Si usted necesitara obtener más información relacionada a los servicios brindados por las parteras, varios países poseen organizaciones a nivel nacional que nuclean a este tipo de profesionales.

En los Estados Unidos, las mujeres podrán contactarse con el Colegio Americano de Enfermeras y Parteras.

En Canadá, las mujeres embarazadas podrán contactarse con los Colegios de Parteras pertenecientes a sus respectivas provincias o podrán contactarse con la Asociación Canadiense de Parteras.

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