El Herpes Genital y su Bebé

El hecho de contraer una infección provocada por herpes durante el ambarazo podría llegar a traer como consecuencia que la mujer infectada se sintiera nerviosa y con temor a que su embarazo corriera peligro. ¿Nacerá el bebé con esta infección?.

¿Qué clase de complicaciones les provoca el herpes a los niños?. Y, ¿Hay algo que puedo hacer para evitar que el bebé se infecte?

¿Qué es el Herpes?

El Herpes es una infección viral, la cual se esparce y se transmite cuando se tiene contacto directo con zonas del cuerpo infectadas por herpes. Existen dos tipos de virus del herpes: el Virus 1 del Herpes Simplex (HSV-1) y el Virus 2 del Herpes Simplex (HSV-2).

El HSV-1 ha sido tradicionalmente asociado como uno de los principales factores del desarrollo de herpes oral. Este tipo de herpes está caraterizado por la presencia de llagas frías alrededor de las comisuras de la boca. El HSV-2 es el principal causante de herpes genital, y es contagiado y esparcido cuando se tienen realciones sexuales vaginales y sexo oral.

No obstante, el HSV-1 también puede ser transmitido a través del sexo oral, dando como resultado el desarrollo de infecciones en el área genital, las cuales son causadas por esta clase de herpes. Debe tenerse en cuenta que aún no existe una cura para el mismo.

Síntomas del Herpes Genital

Los síntomas de la presencia de herpes más comunes son el desarrollo de protuberancias o lesiones causadas por el propio herpes. Esta especie de ampollas pueden aparecer en la zona que rodea al ano, sobre el pene, en los muslos o las nalgas, o alrededor del área donde se encuentra la vagina.

Dichas ampollas podrían estar acompañadas por malestar, dolores musculares, dolores de cabeza o jaquecas y fiebre. Debido a que varias mujeres sufren de herpes vaginal, ésto es, el desarrollo de llagas producidas por el herpes en la vagina; los síntomas femeninos que denotan la presencia de herpes pueden incluir: flujo o descarga vaginal constante.

Desafortunadamente, ésto puede dar lugar a diagnósticos erróneos en los que se lo confunde con la candidiasis, o con una inflamación pélvica; en lugar de ser reconocidos como síntomas propios del herpes. Algunas veces, hasta los forúnculos se confunden con infecciones provocadas por herpes.

Si usted tuviera forúnculos, los mismos serían más grandes que las ampollas propias del herpes. Lo más recomendable sería que investigara todo sobre el tema y que buscara un apropiado tratamiento para curar dichos forúnculos.

El Herpes y el Embarazo

Cuando esté infectada con herpes vaginal, sin importar que el mismo haya sido causado por el herpes tipo 1 o por el herpes tipo 2; el mismo incrementará su riesgo de sufrir un aborto espontáneo o un trabajo de parto pretérmino, así como también el desarrollo de complicaciones con su bebé; es por ello que es realmente importante tener en cuenta que muy pocas mujeres que padecen herpes experimentan alguna clase de complicación o problema asociado al mismo.

Entre el 20% y el 25% de todas las mujeres embarazadas están infectadas con herpes genital. De ellas, sólo el 0,01% o un porcentaje aún menor llegarán a experimentar complicaciones durante el transcurso de sus embarazos, como resultado de la infección causada por el herpes.

Si usted se infectara con herpes durante el primero o el segundo trimestre de su embarazo, sería muy poco probable que su bebé se viera afectado por esta dolencia. Ésto se debe a que su organismo producirá los anticuerpos necesarios como para matar el virus HSV-2, los cuales serán transferidos a su bebé, brindándole protección.

Las mujeres que ya habían sido infectadas con herpes antes de quedar embarazadas, también producirán estos anticuerpos durante sus embarazos. A pesar de que su cuerpo le pasará los anticuerpos a su bebé, si usted estuviera infectada con el virus HSV-1; esos anticuerpos ya no le ofrecerán demasiada protección al bebé para luchar contra el virus del herpes.

Las mujeres infectadas con herpes durante el tercer trimestre y/o que experimentaran su primer episodio de desarrollo de herpes genital en las últimas etapas del embarazo son las que corren mayores riesgos de sufrir complicaciones.

Ésto se debe a que pocos, o quizás ninguno de los anticuerpos producidos por su organismo han tenido el suficiente tiempo como para pasar de su cuerpo al de su bebé antes de que llegue el momento de dar a luz. El mayor riesgo relacionado con la transmisión de herpes a un niño/a ocurre cuando la mamá experimenta un brote de herpes en el momento del parto.

Ya que el bebé deberá pasar por el canal de parto, su hijo/a recién nacido entrará en contacto con las llagas propias del herpes. Cerca de la mitad de los bebés recién nacidos por vía vaginal, y cuyas mamás experimentan un rebrote de herpes durante el momento del parto, se verán infectados con el virus HSV.

Otros factores que podrían incrementar el riesgo que correría un feto de infectarse con herpes incluirían: el hecho de que el bebé naciera prematuramente (ya que estos bebés no reciben una "dosis completa" de anticuerpos en el momento de su nacimiento), y el uso de instrumentos médicos durante el parto por vía vaginal (los cuales podrían pinchar la piel del bebé; permitiendo que el virus ingrese en su organismo).

A pesar de que es bastante raro, también es posible que el virus del herpes sea transmitido al feto por medio de la placenta. A esta condición médica se la conoce como herpes congénito.

Herpes y Tratamiento

Debido a que los típicos tratamientos utilizados para curar el herpes no son aptos para las mujeres embarazadas, si dichos tratamientos fueran llevados a cabo durante el embarazo implicarían chequeos adicionales para que su doctor de cabecera pudiera cerciorarse de que tanto usted como su bebé están gozando de buena salud.

Siempre y cuando usted no experimente un brote de herpes en el preciso momento del parto, lo más seguro y recomendable sería dar a luz a su bebé por vía vaginal.

La medicación para curar el herpes podría suprimir los síntomas y la frecuencia de los brotes de herpes; es por ello que la misma no es adecuada para ser usada durante el embarazo. A algunas mujeres embarazadas se les podría recetar Aciclovir durante el tercer trimestre de sus embarazos, el cual contribuiría a suprimir un rebrote infeccioso.

No obstante, esta droga aún no ha sido aprobada por la FDA como un droga segura e inocua para ser usada durante el embarazo, y ha sido clasificada como una droga tipo B. Ésto significa que sólo es recomendable usarla cuando los beneficios brindados por la misma superan a los riesgos que podría acarrear su uso.

Los efectos a largo plazo de esta droga sobre el bebé no han sido apropiadamente evaluados, y aún es necesario llevar a cabo muchos más estudios al respecto. Si se tomaran en cuenta los pocos análisis y estudios que se han realizado hasta el momento, se podría afirmar que todos han demostrado que la droga no causa efectos adversos graves que puedan llegar a enfermar a la mamá o al bebé.

Si usted experimentara un brote de herpes en el momento del parto, debería someterse a una cesárea para minimizar los riesgos de contagio de dicha infección. Si su brote ocurriera unos momentos antes de que tuviera que dar a luz, el profesional médico que la estuviera atendiendo debería monitorearla y controlarla cuidadosamente, a fin de evaluar qué clase de infección es la que está padeciendo y cuál es su grado de infección. Siempre y cuando no tenga lesiones causadas por el herpes o la presencia del virus; un parto vaginal sería lo más adecuado y natural.

Algunas veces, el herpes es confundido con las verrugas vaginales. Las verrugas vaginales tienen la apariencia de una coliflor y se desarrollan alrededor del área de los genitales. Las mismas son provocadas por otro virus, conocido con el nombre de virus PVH. El tratamiento para curar las verrugas vaginales es sencillo.

Efectos del Herpes en los Bebés Recién Nacidos

A pesar de que muy pocos bebés recién nacidos son infectados con el virus HSV antes o durante el momento del parto, aquellos que sí fueran infectados podrían llegar a desarrollar serias complicaciones.

El virus del herpes puede afectar los órganos internos de los niños/as, así como también su sistema nervioso central. Si esta enfermedad no se tratara adecuadamente y a tiempo; la infección podría llegar a empeorar hasta ser fatal.

Teniendo en cuenta la pequeña cantidad de niños/as que logran sobrevivir a la misma, el virus podría llegar a afectar sus ojos o a provocar un severo retardo en el desarrollo mental y motor. Incluso, la presencia de una infección local en la piel, en los ojos o en las membranas mucosas podría traer como consecuencia serias complicaciones si no fuera tratada apropiadamente.

Cualquier bebé recién nacido que pudiera correr riesgo de contraer una infección causada por el virus HSV-2 debería ser sometido a una serie de exámenes médicos para analizar el herpes, en un plazo que no superara las 24 o las 48 horas después de haber nacido.

Si sospechara acerca de la presencia de una infección pero no pudiera confirmarla, debería someterse inmediatamente a un tratamiento intravenoso con Aciclovir. Dicho tatamiento podría durar entre 10 y 21 días, dependiendo de la severidad de la infección.

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