Abandonando el Hábito

A pesar de que las mujeres están al tanto de los peligros que conlleva el hecho de fumar durante el embarazo, alrededor del 17% de las mujeres que residen en el Reino Unido, y el 20% de las mujeres que viven en EE.UU. confiesan que fuman mientras están embarazadas.

Abandonar el cigarrillo es un desafío muy difícil, pero las mujeres embarazadas que intentan abandonar este vicio llevan una carga de culpa doble sobre sus hombros, haciendo que sea aún más dificultoso abandonar el apoyo emocional que representan los cigarrillos para ellas.

Algunos de los efectos colaterales que provoca el hecho de fumar durante el embarazo incluyen: dar a luz bebés de muy bajo peso, una mayor incidencia de mortalidad infantil, dificultades de aprendizaje en los niños, problemas de conducta, y desarrollo de asma infantil.

Pero, una serie de estudios científicos recientes demostraron que el ejercicio puede llegar a ser beneficioso y puede contribuir a que las mujeres embarazadas se propongan dejar de fumar y logren su objetivo.

Esfuerzos Infructuosos

Muchas mujeres embarazadas intentan dejar de fumar o al menos fumar menos durante el embarazo, pero si no cuentan con alguna clase de apoyo o asistencia, dichos esfuerzos casi siempre terminan siendo infructuosos.

El mejor método para poder dejar de fumar es implementando una estrategia con dos opciones, la cual involucrará el reemplazo de la nicotina y alguna clase de terapia conductual. Pero los expertos están preocupados y no están seguros de que la terapia de reemplazo de nicotina pueda ser perjudicial para el feto.

En la actualidad, los doctores pueden ayudar a sus pacientes embarazadas a dejar de fumar, recomendándoles ejercicios. Uno de los últimos estudios llevados a cabo sobre este tema sugirió que el ejercicio es efectivo para reducir los antojos de consumir nicotina; es por ello que los fumadores logran abandonarla. 

Un grupo de expertos procedentes de la Universidad de St. George emplazada en Londres, liderados por Michael Ussher, ejecutaron dos estudios piloto tendientes a poder comprobar si el ejercicio puede ayudar a las mujeres embarazadas a dejar de fumar.

En ambos estudios, las mujeres embarazadas mayores de 18 años que fumaban al menos un cigarrillo por día comenzaron a ser estudiadas y controladas mientras estaban cursando la semana 12 y la semana 20 de sus embarazos.

En uno de los estudios, las participantes se ejercitaron bajo supervisión una vez a la semana, por un período total de seis semanas. En el segundo estudio, las mujeres realizaron ejercicios dos veces por semana durante un plazo de seis semanas, luego disminuyeron a una sesión semanal durante un período de 3 semanas más.

En ambos casos, a dichas mujeres se les pidió que agregaran ejercicios adicionales independientes a sus rutinas. Las participantes también recibieron asesoramiento y consejos sobre cómo poder lograr dejar de fumar más rápidamente.

Un Cuarto

Un total de 32 mujeres participaron en estos estudios piloto, y un cuarto de ellas pudo dejar de fumar antes del parto. Esta cifra deja ver que no todas las fumadoras embarazadas dejan de fumar gracias a haberse sometido a una terapia de reemplazo de nicotina.

Además de abandonar el hábito de fumar, las participantes reportaron beneficios adicionales, entre los que se incluyeron: pérdida de peso, menor cantidad de antojos, y una mejora en la autoestima.

El Dr. Ussher comentó lo siguiente: "Estos resultados son muy alentadores, y ahora estamos llevando a cabo una prueba de control aleatorio con 850 mujeres. El ejercicio regular es ideal para cualquier mujer embarazada que fume, ya que el mismo obviamente es seguro y los beneficios que aporta son enormes".

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