Colestasis Obstétrica O Colestasis Intrahepática del Embarazo (CIHE)
Hasta hace muy poco tiempo atrás, se sabía muy poco sobre la colestasis obstétrica o la colestasis intrahepática del embarazo (CIHE). Por esta razón, las mujeres que experimentaban los síntomas propios de esta condición usualmente eran mal diagnosticadas o simplemente no se las tomaba en cuenta. No obstante - afortunadamente - la comunidad médica ha estado prestando cada vez mayor atención a este grave trastorno hepático y a su relación con el embarazo, el cual estimativamente afecta a aproximadamente 7 de cada 1.000 mujeres embarazadas por año en los Estados Unidos de Norteamérica. A pesar de que la misma es considerada una enfermedad realmente poco común, los profesionales médicos estiman que este trastorno afecta a más mujeres de las que efectivamente son diagnosticadas.
¿Qué Es la CIHE?
La CIHE es definida como una enfermedad hepática relacionada con el embarazo que afecta el flujo de bilis (una sustancia producida por el hígado, que ayuda a que el organismo lleve a cabo la digestión y la absorción de grasas) que circula por el organismo de una mujer. Esta enfermedad trae como consecuencia el desarrollo de ácidos biliares en la sangre; los cuales pueden provocar picazón muy severa - y muy raras veces - ictericia.
La aparición de la CIHE durante el embarazo usualmente comienza durante el transcurso del tercer trimestre – momento en el cual la concentración de hormonas es mayor – aunque algunos expertos afirman que podría comenzar durante las primeras semanas del embarazo.
Desafortunadamente, aún no se ha podido determinar la causa exacta que desencadena el desarrollo de la CIHE. No obstante, parecería ser que dicha condición médica posee un componente genético; ya que aproximadamente la mitad de las mujeres que padecen CIHE reportaron casos de enfermedades hepáticas en sus familias.
¿Cuáles Son los Síntomas de la Colestasis Intrahepática del Embarazo?
El principal síntoma de la CIHE es la sensación de picazón severa. Por lo general, la picazón cada vez se vuelve más insoportable, y podría llegar al punto de interferir o afectar las actividades diarias de la mujer que lo padece; entre las que se incluye: el sueño. A pesar de que la sensación de picazón puede presentarse en cualquier parte del cuerpo, la misma se siente más comúnmente en la palma de las manos o en la planta de los pies.
Por otra parte, las mujeres que padecen esta enfermedad pueden llegar a experimentar una coloración amarillenta en la piel o en la parte blanca del ojo (esclerótica) – también conocida con el nombre de ictericia. Se estima que ésto le ocurre al 20% de las mujeres que padecen CIHE.
Otros síntomas incluyen:
- Orina de color oscuro y/o deposiciones de color pálido.
- Fatiga.
- Pérdida del apetito.
- Depresión leve.
Entre los síntomas menos comunes se incluyen:
- Depresión severa.
- Dolor en el Cuadrante Superior Derecho.
- Náuseas.
¿Qué Riesgos Corre Una Mujer Embarazada que Padece CIHE?
Afortunadamente, la CIHE normalmente no presenta ningún riesgo demasiado severo para la mujer embarazada. Sin embargo, puede presentar potenciales riesgos para el bebé; entre los que se incluyen:
- Nacimientos prematuros (hasta un 44% de las mujeres que padecen CIHE dan a luz a sus bebés antes de la semana 37 de gestación).
- Hemorragias.
- Sufrimiento Fetal.
- Partos en los que Nace el Bebé Muerto.
Obtener un Diagnóstico para la CIHE
La buena noticia es que un diagnóstico temprano podría llegar a reducir significativamente el riesgo de experimentar alguna complicación relacionada con la CIHE y el embarazo. No obstante, debido a que frecuentemente la picazón es el único síntoma que siente una mujer embarazada; el mismo es tomado en cuenta como un signo propio y común del embarazo. Sin embargo, existen exámenes médicos que pueden realizarse para determinar si la mujer embarazada padece CIHE o no:
- Test de Ácidos Biliares en Suero: Quizás el determinante más preciso para diagnosticar la CIHE sea el test encargado de medir los niveles de los ácidos biliares, para saber si los mismos sobrepasan los parámetros normales. Normalmente, se les pide a las mujeres realizarse rápidamente este test o examen médico para poder asegurarse de que los resultados sean lo más precisos posibles - no obstante - éste no siempre será un requerimiento que deberá llevarse a cabo. Tenga en cuenta que el problema con el test de ácidos biliares es que es realizado por muy pocos laboratorios a nivel mundial; siendo éstos los que cuenta con el equipamiento necesario para llevar a cabo un análisis tan complejo, por lo cual los resultados de dicho test podrían tardar mucho y la mujer embarazada seguiría experimentando cada vez más síntomas relacionados con esta condición médica. Las mujeres que han pasado las 34 semanas de gestación y que experimentan síntomas propios de la CIHE deberían recibir tratamiento inmediato, en lugar de esperar los resultados de un análisis.
Test de la Función Hepática: A pesar de que un análisis o test hepático es un componente importante para poder diagnosticar la CIHE, los expertos en salud aconsejan que éste no sea el único método que se utilice. Ésto se debe a que es posible que las mujeres en cuestión presenten enzimas hepáticas normales y niveles de ácidos biliares elevados. Además, las pacientes que padecen CIHE frecuentemente presentan elevados niveles de ácidos biliares antes de que sus enzimas hepáticas comiencen a elevarse. Es por ello que el test de función hepática debería ser realizado para que los resultados del mismo pudieran ser corroborados con los arrojados por el test de ácidos biliares, como medida de precaución que permita asegurar la seguridad del bebé.
¿Cómo Se Trata la CIHE?
En el pasado, el primer tratamiento médico utilizado para curar la CIHE era la administración de una droga encargada de disminuir el colesterol, conocida con el nombre de colestiramina. No obstante, recientemente se ha probado que esta droga no es efectiva y no logra disminuir los niveles de ácidos biliares. Por otra parte, una serie de efectos colaterales potencialmente peligrosos (entre los que se incluye la deficiencia de vitamina K) han dado como consecuencia que los doctores se rehúsen a utilizar este tratamiento para curar la CIHE. En la actualidad, existen numerosos componentes que generalmente forman parte de un tratamiento para curar la CIHE:
- Ácido Ursodeoxicólico (Actigall): Uno de los tratamientos más importantes y efectivos para curar la CIHE es la administración de ácido ursodeoxicólico, el cual se encarga de mejorar la función hepática al reemplazar los ácidos biliares tóxicos presentes en el torrente sanguíneo. También se ha comprobado que el mismo reduce el riesgo de dar a luz un bebé muerto.
- Vitamina K: Aunque no es una parte esencial del tratamiento para curar la CIHE; la terapia con vitamina K es bastante recomendada para combatir la carencia de absorción de vitaminas solubles en grasa, lo cual usualmente trae como consecuencia el desarrollo de CIHE. La deficiencia de vitamina K está asociada con el alto riesgo de que la mamá y el bebé experimenten graves hemorragias.
- Esteroides: Debido a que las mujeres embarazadas que padecen CIHE corren un alto riesgo de experimentar un trabajo de parto pretérmino; se le deberían administrar esteroides antes de las 32 semanas de gestación para asegurarse de que los pulmones del bebé se encuentren maduros en el momento del parto. La droga también podría contribuir a reducir la sensación de picazón tan comúnmente asociada con la CIHE.
La mamá y el bebé deberán ser monitoreados constantemente durante todo el transcurso del embarazo, a fin de asegurarse de que el desarrollo fetal no presente ninguna clase de problema. Si se detectara alguna anormalidad, su doctor seguramente le aconsejaría que diera a luz antes de la fecha estimativa del parto. Además, el doctor podría realizarle una prueba de amniocentesis cuando haya llegado a las 36 semanas de gestación, para poder estar seguro/a de que los pulmones del bebé están lo suficientemente maduros como para que el mismo sobreviva al parto prematuro en caso de que fuera necesario tomar esta medida. Si éste fuera el caso, se debería inducir el trabajo de parto en la semana 36 o 37 del embarazo para poder evitar cualquier complicación relacionada con la CIHE durante el parto.
Finalmente, a pesar de que la CIHE tiende a ir desapareciendo por sí misma luego del parto, las mujeres que continúen experimentando síntomas propios de la CIHE o una intensificación de los mismos luego del parto deberían ser monitoreadas continuamente para asegurarse de que su hígado está funcionando normalmente. Por otra parte, las mujeres embarazadas que hayan padecido CIHE en embarazos previos deberían ser cuidadosamente monitoreadas, ya que aproximadamente entre un 60% y un 70% de ellas desarrollarán síntomas en sus próximos embarazos.
Para obtener más información sobre la CIHE, incluyendo información adicional, fuentes, recursos, y grupos de apoyo; visite: www.itchymoms.com.
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