La Mamá, el Bebé y las Cesáreas Placenteras

El sueño de toda mamá de participar en el nacimiento de su bebé o de tomar a su hijo recién nacido en sus brazos, puede volverse realidad sin importar si la misma debe someterse a un parto por cesárea.

Un obstetra procedente de West London (la zona Oeste de Londres) ha estado desacelerando y haciendo más agradable este procedimiento.

Las mamás son tratadas como se trata a otras mujeres parturientas: con masajes, música suave y palabras de estímulo. Las mantas protectoras o especie de cortinas son bajadas, a fin de que las futuras mamás puedan ver a sus bebés nacer mientras el niño/a es suavemente extraído del vientre materno.

Una vez que la cabeza del bebé es extraída, el resto del cuerpo es dejado dentro del vientre por algunos minutos. La sensación de opresión que ejerce el vientre sobre el pecho del bebé imita el viaje que debería haber realizado por medio del canal de parto, en el cual el líquido es extraído de sus pulmones; preparando así al bebé para que pueda respirar por sí mismo fuera del vientre materno.

Mientras tanto, el bebé aún sigue conectado a la mamá por medio del cordón umbilical, tal y como sucedería en un parto vaginal. En lugar de ser extraído rápidamente del abdomen de su mamá, el bebé cuenta con la suficiente cantidad de tiempo como para aclimatarse al nuevo entorno que lo rodea.

Estrechar Vínculos es Algo Esencial

Una vez que el bebé ha nacido, es colocado/a sobre la piel del pecho de su mamá. La importancia del contacto temprano piel a piel ha demostrado ser sumamente importante para estabilizar la temperatura del bebé, sus niveles de azúcar en sangre y su respiración.

Este contacto facilita la vinculación y el amamantamiento , y mantiene a la mamá y al bebé calmados gracias a la liberación de oxitocina. A pesar de ésto, los bebés que nacen mediante un parto por cesárea normalmente son traídos al mundo debido a procedimientos médicos.

"Cesáreas Asistidas"

Involucrándose y dando un paso más en el tema de las cesáreas, un doctor procedente de Australia ya había comenzado a llevar a cabo "cesáreas asistidas", en las cuales la mamá daba a luz a su bebé.

Una vez que se extraía del vientre materno la cabecita del bebé, las manos de la mamá eran guiadas hasta el bebé, momento en el cual ella era la encargada de extraerlo de su vientre y de colocarlo suavemente sobre su pecho.

A pesar de que los partos por cesárea no deberían ser elegidos en lugar de los partos normales, para todas aquellas mujeres que no tienen otra opción, las cesáreas podrían llegar a transformarse en una experiencia placentera tanto para la mamá como para el bebé.

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