Volviendo al Trabajo Luego de la Licencia por Maternidad

Las Guarderías son Costosas, Pero Necesito Trabajar

Jenna Thompson* procedente de Indianapolis, Indiana. Estaba por cumplir los tres meses correspondientes a su licencia por maternidad con gran renuencia.

En realidad, el sólo hecho de pensar en dejar a su bebé bajo los cuidados de otra persona la hacía sentir culpable y con el corazón roto en pedazos. Parecía no tener sentido que tuviera que volver a su muy buen pago puesto de trabajo a fin de poder pagarle menos dinero a otra persona para que realice el mismo trabajo que ella consideraba como el más importante de su vida: cuidar a su hijita.

Jenna sabía que este acuerdo era la manera en la que funcionan las cosas en el mundo de hoy en día y que ella no tenía otra opción que adaptarse y seguir las reglas estipuladas por la sociedad actual.

El primer día de su regreso al trabajo, Jenna, una abogada corporativa sumamente reconocida y renombrada, sintió una punzada de remordimiento y de vergüenza cuando se dió cuenta que de sus pezones chorreaban leche y de que la misma mojaba su blusa de seda durante una deposición.

Era el horario de alimentar a su bebé y su reloj corporal estaba reaccionando ante la ausencia de su hijita, y no le estaba prestando atención a su cliente. Jenna comprendió que desde ese momento en adelante debería llevar al bufete mudas de ropa extra para poder enfrentar posibles emergencias como la relatada anteriormente.

Por otro lado, también comenzó a elaborar una especie de red de información con otras mamás que trabajaban fuera de sus hogares, y a intercambiar consejos sobre las almohadillas para pezones más absorbentes y los lugares en donde deberían ser compradas las mismas.

A través de dichos contactos; Jenna construyó vínculos de amistad que perduraron toda la vida y conoció amigas que la ayudaron a sobrellevar su período de transición hasta volver a habituarse nuevamente a la dinámica del trabajo fuera de su hogar.

La mayoría de estos contactos los encontró por medio de grupos de chats o salas de conversación online destinados a recientes mamás que trabajan fuera de sus hogares; pero Jenna también pudo reunirse y estrechar vínculos con algunas mamás que vivían cerca de su hogar.

Y muchas veces, si los bebés se llevaban bien entre ellos también podían compartir días de juegos y diversión.

Nina se Siente Culpable por Estar Feliz de Dejar Unas Horas al Día a su Bebé

Nina Carter* procedente de Phoenix, Arizona no experimentó ningún sentimiento de remordimiento similar a los que sí experimentó Jenna Thompson, y padeció más su falta de sentimientos de culpabilidad que los momentos de separación con su bebé.

Nina se sentía culpable por ser feliz de dejar a su bebé durante unas horas al cuidado de otra persona mientras retornaba gradualmente a su trabajo cotidiano, en el cual se sentía y se siente segura con respecto a su capacidad de llevar a cabo sus tareas correctamente.

"Me siento muy insegura cuando estoy con el bebé. Nunca sentía que hacía las cosas de la manera adecuada. En mi calidad de diseñadora de interiores, trabajo todo el tiempo con objetos inanimados que nunca reaccionan o me ven como si fuera su creador. Al elegir objetos que se adecuen a una decoración en particular experimento una sensación de calma y relax".

Con el paso del tiempo, tanto Nina como Jenna aprendieron a equilibrar sus sentimientos relacionados con el trabajo y con la maternidad. Ambas mamás están convencidas de que el hecho de trabajar conjuntamente con otras mamás es la mejor forma de resolver problemas emocionales y prácticos asociados con las recientes mamás o con las mamás primerizas que deben retornar a sus trabajos cotidianos fuera de su hogar.

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