Problemas Estructurales

Una de las razones de la infertilidad masculina proviene de los problemas relacionados con la estructura integral de los órganos reproductivos. Si los órganos reproductivos no se hubieran formado apropiadamente o estuvieran dañados de alguna manera, podrían causar alguna clase de obstrucción que no permitiría que el esperma saliera del cuerpo, o incluso podrían llegar -en primera instancia- a evitar la producción del mismo.

Obstrucción o Bloqueo
En el caso de que el semen masculino no contuviera espermatozoides, debido a la presencia de obstrucciones o bloqueos en alguna parte de los tubos, a esta condición médica se la conoce con el nombre de azoospermia obstructiva. Existen diversos factores que podrían contribuir a bloquear la salida del esperma, ocasionando que el mismo no pueda salir del cuerpo durante la eyaculación. Cualquier tipo de cirugía realizada en la zona de la ingle o en la zona abdominal podría causar la formación de tejido cicatrizante en los órganos reproductivos. Estas adherencias podrían actuar como barricadas o barreras, que podrían llegar a impedir que el esperma saliera del cuerpo.

Por otra parte, las infecciones, tales como alguna clase de infección en el tracto urogenital o alguna clase de infección transmitida sexualmente, también podrían provocar daños o la formación de tejido cicatrizante en los órganos reproductivos, y de este modo, causar un bloqueo u obstrucción que evitaría que el esperma o que los fluidos seminales pudieran salir del cuerpo.

Se estima que los hombres que se hubieran sometido a una vasectomía podrían llegar a padecer azoospermia obstructiva. Dado que la vasectomía implica un pequeño corte en una breve porción de los conductos deferentes, a fin de lograr que los espermatozoides puedan fundirse con el semen, sería necesario llevar a cabo un procedimiento especial para revertir la vasectomía para poder corregir dicha obstrucción o bloqueo. Este procedimiento se llevaría a cabo mediante una cirugía, en la cual se procedería a unir - mediante una sutura- los conductos deferentes.

Defectos Congénitos
Algunos hombres nacen con problemas estructurales que podrían afectar su fertilidad.

Testículos que no han Descendido
Si ambos (aunque, por lo general, este defecto se da en uno de ellos) testículos no llegaran a descender del abdomen hasta llegar al escroto antes del nacimiento, y dicho defecto no hubiera sido sometido a ningún tratamiento, podría provocar graves consecuencias para la salud masculina. Frecuentemente, el testículo descenderá por sí mismo durante los primeros meses después del nacimiento del bebé.

No obstante, si el testículo no descendiera por sí mismo, lo más recomendable sería que los padres trataran de buscar asesoramiento médico para corregir dicho problema, mediante un procedimiento quirúrgico en el momento en el que el niño cumpliera su primer año de vida. A pesar de que esta intervención quirúrgica no necesariamente asegurará que los niños/hombres puedan evitar futuros problemas de infertilidad, si no se lo tratara adecuadamente, el testículo probablemente se encogería y se retraería, provocando infertilidad. Por otra parte, un testículo que no hubiera descendido incrementaría las posibilidades de que los hombres desarrollaran cáncer testicular.

CAVD
Aunque esta condición médica es sumamente extraña, muchos hombres podrían haber nacido sin conductos o vasos deferentes, defecto conocido conmúnmente con el nombre de ausencia congénita de los vasos o conductos deferentes (CAVD). Aunque los testículos funcionarán normalmente, la ausencia de los conductos o vasos deferentes implicará que el esperma nunca será capaz de unirse al semen durante el proceso de eyaculación. Sin embargo, el esperma, por lo general, será saludable y se podría llegar a realizar una fertilización in vitro (FIV), valiéndose de una inyección de esperma intracitoplasmática (ICSI). Es sumamente recomendable que el esperma sea sometido a una serie de exámenes genéticos, ya que los hombres que padecen CAVD tienden a ser portadores de fibrosis quística.

La Hipospadia
La hipospadia es una condición médica que afecta aproximadamente a uno de cada 500 bebés recién nacidos. Este defecto congénito provoca que la apertura de la uretra se emplace en otro lugar diferente al extremo o punta del pene. En los casos más severos, el pene también será deforme. En estos casos, dicha condición usualmente podría corregirse mediante una cirugía. No obstante, se están dejando de lado algunos problemas menos severos, que podrían llegar a sumarse a dichos problemas de infertilidad cuando el hombre comenzara a envejecer.

Algunos defectos congénitos no podrán ser tratados exitosamente y contribuirán a aumentar las probabilidades de que los hombres padezcan infertilidad. El síndrome de Kleinfelter es uno de esos defectos. Los hombres afectados por este síndrome cuentan con un cromosoma `X´ adicional. Dicho síndrome provoca que los testículos sean más pequeños que los normales, y que funcionen defectuosamente, tal y como sucede con los hombres que padecen de azoospermia (condición caracterizada por la carencia de esperma en la eyaculación).

El síndrome de células de Sertoli es otro defecto congénito que desafortunadamente aún no puede ser tratado adecuadamente. Las personas que padezcan este síndrome no poseen células productoras de esperma , las cuales son sumamente necesarias para una saludable función reproductiva. No obstante, los hombres afectados por el síndrome de células de Sertoli o por el síndrome de Kleinfelters podrían aún ser capaces de tener un niño si se sometieran a una FIV acompañada de una ICSI.


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