Placenta Previa


¿Qué es la Placenta Previa?
La placenta previa se desarrolla cuando la placenta se desplaza de su lugar y pasa a cubrir parte del cuello uterino. Ésto también puede ser conocido con el nombre de placenta baja. Esta no es una complicación muy común en los embarazos, ya que 1 de cada 250 embarazos podrían llegar a desarrollar placenta previa. La placenta previa puede llegar a causar hemorragias durante el transcurso del mismo. Una hemorragia descontrolada podría poner en peligro la vida de la futura mamá y la del bebé, y podría ser necesario que el bebé naciera mediante un parto por cesárea; incluso si la fecha del parto aún no hubiera llegado. De hecho, existen tres tipos de placenta previa:

1. Placenta previa completa : la misma se da cuando la apertura del cuello uterino está completamente cubierta por la placenta.
2. Placenta previa parcial : implica la cobertura de una porción del cuello uterino causada por el desplazamiento de la placenta.
3. Placenta previa marginal : la placenta se extiende sólo hacia los bordes del cuello uterino.

Signos y Síntomas
El hecho de tener que diagnosticar una placenta previa -por lo general- se da cuando la mujer embarazada experimenta hemorragias acompañadas de dolor durante el tercer trimestre del embarazo. Si estuviera experimentando hemorragias o sangrados sería desaconsejable someterse a un exámen vaginal hasta que una prueba de ultrasonido hubiera descartado la presencia de una placenta previa. Las hemorragias o sangrados vaginales durante el segundo o el tercer trimestre del embarazo podrían ser el primer signo indicativo de la presencia de una placenta previa, aunque en algunos casos no se presente ninguna clase de síntoma que deje entrever este problema. No obstante, existe una tasa de aproximadamente un 10% de falsos diagnósticos positivos; usualmente provocados porque la vejiga está llena de líquido. Por otro lado, la tasa de falsos resultados negativos alcanza un 7% - por lo general- causados por la imposibilidad de visualizar la placenta previa ubicada detrás de la cabecita del bebé. Otras razones que podrían hacerla sospechar sobre la presencia de una placenta previa son:

  • Contracciones prematuras.
  • Posicionamiento o presentación anormal del bebé (de nalgas, transversal, etc.)
  • Útero más grande y extenso de lo que debería ser, tomando en cuenta la etapa del embarazo en cuestión.

Factores de Riesgo
Existen algunos factores de predisposición. Los siguientes podrían llegar a incrementar el riesgo de desarrollar placenta previa:

  • Edad materna avanzada.
  • Gran cantidad de partos (numerosa cantidad de embarazos).
  • Cirugía de útero previa (sin importar el tipo de incisión).

Tratamiento
El tratamiento para poder curar o corregir la placenta previa depende de cuán avanzado esté su embarazo y de la intensidad de las hemorragias que esté experimentando. Si la misma fuera diagnosticada luego de la semana 20 de su embarazo, y usted no estuviera experimentando ninguna clase de hemorragia o sangrado; simplemente debería tomarse un descanso de sus actividades e incrementar la cantidad de horas que pasa en la cama descansando. A su vez, debería estar sumamente alerta si llegara a experimentar hemorragias; en cuyo caso su doctor de cabecera le recomendará que guarde reposo en cama, que no mantenga relaciones sexuales y que se someta a controles médicos periódicos. Ésto se debe a que hasta el 90% de las placentas previas completas se corrigen en diferentes plazos o períodos de tiempo. No obstante, si el profesional médico que la estuviera atendiendo descubriera hemorragias o sangrados vaginales podría llegar a hospitalizarla hasta que tanto usted como su bebé se estabilizaran, e incluso una vez que abandonara el hospital, se le podría aconsejar guardar reposo en cama el mayor tiempo posible o hasta que llegara la fecha del parto.

Si la hemorragia fuera muy fuerte, podría ser necesario recurrir a transfusiones de sangre hasta que el feto se encontrara lo suficientemente desarrollado como para nacer. Se podrían utilizar inyecciones de esteroides para acelerar la maduración de los pulmones del feto. En última instancia, el objetivo principal sería tratar de mantener estable el embarazo hasta llegar a la semana 36; momento en el cual el bebé estaría listo para nacer por cesárea, y así se reduciría el riesgo de que la mamá padeciera hemorragias masivas.

Complicaciones
La presencia de placenta previa cuando el embarazo ha llegado a término es una condición médica realmente muy grave. Entre las complicaciones que podría correr el bebé se incluyen:

  • Problemas que afecten la salud del mismo, pérdida de sangre leve o aguda.
  • Crecimiento intrauterino retardado causado por la deficiente perfusión placentaria,
  • Incremento en la incidencia de anomalías congénitas.

Entre los Riesgos que Podría Correr la Madre se Incluyen:

  • Hemorragias que pongan en peligro su vida.
  • Necesidad de dar a luz al bebé mediante una cesárea.
  • Incremento del riesgo de experimentar hemorragias post-parto.
  • Incremento del riesgo de desarrollar placenta acreta; condición médica que se da cuando la placenta se adhiere directamente a los músculos del útero.

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