Niños Melindrosos

Descubra lo que implica ser la mamá de 12 niños, leyendo los sabios cosejos sobre crianza de niños brindados por nuestra "Super Mamá" residente.

Mis hijos adultos que ya no viven en casa, pero a veces emocionan a su mamá y vienen a casa a visitarme inesperadamente. Siempre preparo más comida de la necesaria, debido a que mi familia es realmente numerosa y está compuesta por 12 integrantes; es por ello que nunca sé cuántas bocas tendré que alimentar.

Usualmente me sentía preocupada cuando llegaba a casa del trabajo y comprobaba que mi hijo había venido a casa a almorzar. Tomando en cuenta mi experiencia, un día decidí comprar un enorme trozo de perca para poder preparar el almuerzo.

Nadie podía ayudarme en esta tarea. Serví el pescado, y mi hijo errante (que había venido a visitarme), apenas pudo llenar su delgado cuerpo con platos de comida adicionales.

Me sentí realmente muy mal, pero como nadie me había avisado de su llegada, ¿qué más podía hacer?. Presenté el plato con el pescado, y más tarde volví a la cocina a buscar los otros platos de comida.

Cuando regresé al comedor, los brazos de mis hijos iban de un lado a otro sirviendo y pasándose los diferentes platos de comida; confieso que me resultaba increíble creer lo que estaba viendo. Mi hijo de 22 años estaba masticando con ansias un enorme trozo de jugoso PESCADO.

"El pesacdo es una comida HORRIBLE".

¿Éste era el mismo niño que a la tierna edad de 9 años llegaba a casa de la escuela y cada vez que percibía olor a pescado se largaba a llorar amargamente diciendo: "¿¿Por qué preparaste pescado??. El pescado es una comida HORRIBLE".

"Me encanta el pescado".

Cuando le recordé a mi hijo esos momentos, él me dijo: "¿Um, Mamá. Crecí, está bien?. Ahora me encanta el pescado".

Sopesando las palabras que me había dicho mi hijo, me dí cuenta de que mis otros hijos también habían crecido y que habían cambiado su gusto por ciertas comidas que antes detestaban. Por ejemplo: Aaron - a los 7 años- detestaba cualquier comida que tuviera cebolla. ¿Cómo podía preparar una comida sabrosa sin usar cebollas?.

Era imposible. Es por ello que intentaba colocar las cebollas "camufladas" para que no se notaran en las comidas que preparaba. Él era amable, pero odiaba mis comidas. Y yo le preguntaba: "¿Cómo está la sopa, Cariño?".

"Está rica", me respondía.

Triunfante, yo anunciaba: "La comida tenía cebolla, tú lo sabías. La hice puré para que no te dieras cuenta; todo está en tu mente. Lo sabia".

"Oh, sabía que tenía cebolla, pero igualmente la comí para no herir tus sentimientos", afirmaba dulcemente: "y en ese instante yo pensaba tristemente que debía haberla tirado".

Actualmente, mi hijo de 9 años tiene aversión a todos los vegetales verdes, excepto a los encurtidos y a las aceitunas. No obstante, he descubierto que él puede ser FÁCILMENTE SOBORNADO. Es así que le digo que si come el Minestrone(sopa), tendrá permiso para comer dos exquisitas masitas Oreo como postre.

¡Pero lamentablemente dicho soborno no funcionó el año pasado, pero volvió a dar resultado esta semana!. Y, mi hijo finalmente admitió que se sintió realmente sorprendido al descubrir que la sopa de vegetales era sabrosa.

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