La Complejidad de los Factores Uterinos

Un útero sano y saludable es un componente sumamente importante para que el sistema reproductivo femenino funcione óptimamente. Cuando el útero no se encuentra en las mejores condiciones; el mismo puede llegar a evitar la implantación del óvulo fertilizado o - en el caso de que se haya podido implantar el óvulo exitosamente-, podría llegar a evitar el normal desarrollo del embrión.

En ciertos casos específicos, un útero poco saludable sería incapaz de llevar a buen término un embarazo, dando como resultado un trabajo de parto prematuro.

A su vez, existen un gran número de problemas o enfermedades uterinas, entre las que se pueden incluir a los fibromas y a la endometriosis, las cuales podrían aparecer y desarrollarse en su útero repentinamente, e interferir y perjudicar las capacidades innatas de su sistema reproductivo.

Los Pólipos Endometriales

Los pólipos endometriales son una especie de tumores, y los mismos están comformados por tejido excesivamente desarrollado proveniente de la membrana endometrial. Los pólipos pequeños - por lo general- no afectarán sus capacidades reproductivas.

No obstante, si llegaran a crecer y a expandirse, o si aparecieran múltiples pólipos, los mismos podrían impedir la concepción e incrementar el riesgo de sufrir abortos espontáneos.

A pesar de que es muy raro que una mujer menor de 20 años desarrolle pólipos endometriales; sus factores de riesgo se irían incrementando a medida que fuera envejeciendo y finalmente llegara a la menopausia.

El sangrado irregular es uno de los síntomas más comunes de la presencia de pólipos endometriales. Las mujeres que tuvieran esta clase de pólipos seguramente padecerían hemorragias o sangrados muy voluminosos durante sus períodos, experimentando un sangrado vaginal ligero y de corta duración entre un período y el siguiente, o por el contrario, un sangrado persistente si se estuvieran sometiendo a alguna clase de terapia hormonal.

De hecho, se estima que, al menos, el 25% de los sangrados inusuales en las mujeres son provocados por la presencia de pólipos endometriales.

Dichos pólipos pueden diagnosticarse mediante el uso de un tipo especial de prueba de ultrasonido, conocido con el nombre de sonohisterograma, en el cual se utiliza agua para poder expandir la cavidad uterina, facilitándole -de esta manera- al doctor, el hecho de poder examinar el interior del útero.

Varios doctores preferirán recurrir a un histerosalpingograma para poder obtener una radiografía clara y precisa de su útero y de sus trompas de falopio. A fin de obtener una imagen detallada y más clara de cualquier posible pólipo; su doctor insertará una especie de tinte dentro de su útero antes de tomar dicha radiografía.

Por otro lado, una histeroscopia es otro procedimiento de diagnóstico muy utilizado por la mayor parte de los doctores. Similar al laparoscopio, el histeroscopio es un pequeño tubo con forma de telescopio, el cual se inserta en la vagina hasta llegar al útero y al cuello uterino, permitiéndole al doctor que la estuviera atendiendo constatar la existencia o no de algún tipo de pólipo.

El procedimiento médico adecuado para extirpar los pólipos endometriales es bastante sencillo. El doctor se valdrá de un histeroscopio para poder guiarse dentro de su cuerpo y - más específicamente- de su sistema reproductivo, y una vez que encuentre los pólipos, los mismos serán extirpados de su útero inmediatamente.

Algunos mujeres podrían experimentar una especie de sangrado durante unos pocos días luego de haberse sometido a este procedimiento; pero podrán retomar sus actividades cotidianas normales muy rápidamente. Una vez que se le hayan extirpado los pólipos, su fertilidad mejorará y todo volverá a la normalidad.

El Síndrome de Asherman

Las adherencias intrauterinas o el tejido cicatrizante, usualmente conocidos con el nombre de síndrome de Asherman, podrían afectar seriamente sus funciones reproductivas.

Además de afectar e impedir la concepción; las adherencias o el tejido cicatrizante podrían incrementar sus riesgos de sufrir abortos espontáneos. La fibrosis podría ocurrir si usted hubiera experimentado una dilatación y un legrado (D&L) luego de haber sufrido un aborto espontáneo o una interrupción voluntaria de su embarazo, o si hubiera sufrido alguna clase de infección luego de haber experimentado una D&L.

Dicho síndrome podría desarrollarse al mismo tiempo que se le estuviera diagnosticando esta enfermedad u otra clase de enfermedad que podría afectar su útero. Es por ello que utilizando un histeroscopio, su doctor podría examinar su útero para poder determinar fehacientemente si existiese tejido cicatrizante o no dentro del mismo.

Como paso siguiente, su doctor podría insertar alguna clase de instrumento quirúrgico especial dentro del tubo del histeroscopio para poder extraer cualquier adherencia existente.

También podría insertarse un DIU, el cual sería de gran ayuda para poder prevenir la aparición y la formación potencial de tejido cicatrizante y de adherencias intrauterinas.

La Adenomiosis

Similar a la endometriosis, la adenomiosis se desarrolla cuando el tejido proveniente de la membrana endometrial se encuentra alojado en la parte media de la pared muscular del útero.

Lo que diferencia a la adenomiosis de la endometriosis es el hecho de que en la primera, el tejido no migrará más allá de la mitad de la pared uterina. Si esta dolencia no fuera tratada adecuadamente, el tejido continuaría creciendo y la condición se agravaría.

La adenomiosis afecta -por lo general- a las mujeres que se encuentran entre los 40 y los 50 años. Algunos de los síntomas más comunes y evidentes de este trastorno son: la presencia de un sangrado anormal y de dolor pélvico durante sus períodos.

No obstante, la adenomiosis es raramente diagnosticada por sí misma. Los síntomas de esta enfermedad están usualmente enmascarados u ocultos, o unidos a otros síntomas característicos de diferentes problemas uterinos.

Por lo general, la adenomiosis se descubre durante el tratamiento de otro trastorno uterino. En el 50% de los casos, las mujeres que padecen de adenomiosis también podrían padecer de fibromas uterinos.

Dado que los expertos no están completamente seguros de cuáles son los factores causantes de esta condición médica, la manera más eficaz de tratar la adenomiosis es mediante una histerectomía.

La Hormona Liberadora de Gonadotropina (La GnRH) es muchas veces prescripta para poder facilitar la contracción del útero e incrementar sus probabilidades de ser fértil. No obstante, la GnRH no es una opción de tratamiento viable para ser prescripta durante un largo período de tiempo. Por otro lado, el tejido comenzaría a retraerse por sí mismo en un plazo no mayor a los seis meses, luego de haber cesado la prescripción de hormonas.

Los Defectos Congénitos

Muchas mujeres nacen con úteros mal formados o deformes. Con frecuencia, una mujer no se dará cuenta de que algo anda mal en su organismo hasta el momento en el que comience a experimentar problemas para concebir. Existen varios defectos congénitos que podrían afectar el útero, siendo algunos de ellos tratables y curables y otros no.

El útero didelfo es un defecto congénito extremadamente raro, por el cual las mujeres que padecen de esta afección nacen con una especie de pared o tabique que separa su útero en dos secciones.

Frecuentemente, esta división continúa extendiéndose hasta llegar al cuello uterino -e incluso-, hasta llegar al canal vaginal. El hecho de llevar a buen término un embarazo será sumamente dificultoso en estos casos, ya que el útero no será capaz de expandirse tanto como debiera hacerlo.

El útero septado es uno de los defectos uterinos congénitos más comunes. A pesar de que la mayoría de los órganos reproductivos serán normales, una especie de pared o tabique se encargará de dividir parcialmente o de manera completa dicho útero.

Y aunque muchas de las mujeres que padecieran esta condición no tendrán ninguna clase de problema para concebir un bebé o para llevar un embarazo a buen término; se estima que una de cada cuatro mujeres que presenten este defecto congénito experimentarán múltiples abortos espontáneos.

Por otro lado, esta enfermedad podría ser tratada y curada exitosamente si se sometiera a la paciente a una histeroscopia o a una laparoscopia. Alrededor del 80% de las mujeres a las que se les ha extraído el tabique o septum han sido capaces de llevar exitosamente un embarazo a buen término.

Un defecto sumamente extraño y serio, es el síndrome Mayer-Rokitansky-Kuster-Hauser; el cual podría conceptualizarse como un fallo en el desarrollo y en la fusión de los extremos distales de los conductos de Müller antes de la 8ª semana del desarrollo embrionario, y que comenzaría a hacerse notar cuando las trompas de falopio que conforman el útero no lograran fusionarse durante la 9na. y la 16ta. semana del desarrollo del bebé. Este defecto podría taer como consecuencia el nacimiento de una bebita sin útero, la cual no tendría posibilidades de quedar embarazada en el futuro.

En todos los casos, estos defectos serán diagnosticados cuando su médico de cabecera o el profesional médico que la estuviera atendiendo sospechara de que algo estaría faltando o funcionando defectuosamente en su sistema reproductivo.

El mismo/a recurrirá a un histerosalpingograma a fin de obtener una radiografía lo más clara y precisa de su útero. Pero, a pesar de que un útero didelfo o ciertos defectos uterinos congénitos podrían ser corregidos mediante una cirugía; lo más recomendable sería que antes de recurrir a un procedimiento tan drástico se descartaran todos los posibles factores que podrían haber sido los causantes del aborto espontáneo.

Cualquier tratamiento quirúrgico especialmente desarrollado para revertir esta clase de trastornos debería llevarse a cabo luego de haber discutido con su doctor dicho tema en profundidad y de haber sopesado todas sus alternativas.

El Dietilestilbestrol (DES)

Durante las décadas de 1940, de 1950 y de 1960, a un gran número de mujeres embarazadas sus médicos de cabecera les suministraban DES; creyendo que dicha sustancia podría evitar un posible aborto espontáneo.

Desafortunadamente, a medida que fue transcurriendo el tiempo, se descubrió que el DES no proporcionaba ninguna clase de protección contra los abortos espontáneos, sino que -por el contrario- el mismo era el causante de varios defectos de nacimiento en los bebés dados a luz por las mujeres a las que se les suministraba dicha sustancia.

Es por ello que debería tenerse en cuenta que las mujeres que han expuesto o que exponen su útero al DES podrían provocar que el mismo se deformara, adquiriendo la forma de una ‘T’. La exposición al DES también podría traer como consecuencia que la mujer expuesta a dicha sustancia tuviera un útero subdesarrollado o inmaduro; pudiendo ser sumamente vulnerable a sufrir embarazos ectópicos, trabajo de parto prematuro, o a tener un cuello uterino muy débil.

Pero, aunque muchas mujeres no tendrán ninguna clase de problemas para quedar embarazadas y para llevar exitosamente su embarazo a término -a pesar de tener un útero en forma de T-; el riesgo de sufrir un aborto espontáneo se incrementará gradualmente, así como también lo hará el riesgo de tener un trabajo de parto pretérmino.

Desafortunadamente, en la actualidad existen muy pocos tratamientos o procedimientos médicos que podrían ser aplicados a estas mujeres. Y a pesar de que existen una serie de procedimientos quirúrgicos que podrían realizarse en estos casos particulares, muchas de estas mujeres han descubierto que los mismos no son de gran ayuda. Es por ello que la mayor parte de los profesionales médicos especializados en estos temas no recomiendan dichas cirugías.


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