Envíame una Señal

El Desarrollo del Lenguaje de Signos de los Bebés

Las investigaciones relacionadas con el lenguaje de signos de los bebés comenzaron a fines de la década de 1980, cuando Joseph Garcia, un intérprete de personas procedente de una comunidad de hipoacúsicos (sordos) descubrió que los hijos de padres sordos, que no padecían sordera comenzaban a comunicarse con sus padres tempranamente, utilizando el lenguaje de signos.

De hecho, todo comenzaba a una edad mucho más temprana que la de los niños que vivían en comunidades normales con padres que podían oir sin problemas; un bebé que vive en un hogar en el cual sus padres pueden oir normalmente seguramente no desarrollará destrezas verbales hasta cumplir los 12-18 meses de edad.

Esta observación intrigó a Garcia. En el año 1987, comenzó a investigar, exponiendo a bebés normales y que aún no sabían hablar de 6-7 meses de edad procedentes de hogares en los cuales los padres no eran sordos ni tenían problemas para escuchar normalmente al uso regular y consistente del lenguaje de signos. A los ocho o nueve meses de edad, la mayor parte de los bebés eran capaces de expresarse por sí mismos utilizando el lenguaje de signos.

Un Niño que Conoce el Lenguaje de Signos Posee un Mejor Vocabulario

Las doctoras Linda Acredolo y Susan Goodwyn comenzaron a investigar los efectos a largo plazo que presentaban los bebés a los que se les enseñaba el lenguaje de signos durante las primeras etapas de su desarrollo.

Ellas descubrieron que cuando estos niños comenzaban a desarrollar destrezas verbales, eran más hábiles a edades muy tempranas en lo relacionado a estas destrezas que los niños que desarrollaban destrezas verbales sin antes haber aprendido el lenguaje de signos.

Se ha demostrado que estos niños poseen mejor vocabulario, comprenden el significado de una mayor cantidad de palabras, juegan de manera más sofisticada, manifiestan más interés en los libros y exhiben menores signos de comportamiento frustrante.

...y poseen un CI más alto

Además, las doctoras Acredolo y Goodwyn volvieron a estudiar a estos niños cuando cumplieron siete y ocho años de edad y demostraron que poseían un CI de 114, comparado con el de los niños que no conocían el lenguaje de signos, cuyo coeficiente promedio era de 102.

Quizás el resultado más valioso logrado al haberle enseñado el lenguaje de signos a los bebés sea la formación de un vínculo mucho más estrecho entre el bebé y la persona encargada de cuidarlo/a.

Cuando le enseñamos a nuestros bebés el lenguaje de signos, debemos centrarnos en los bebés profundamente -- demostrándoles muchas veces, cuál es el signo correcto para la palabra o la idea que le estamos enseñando, y también pronunciando la palabra en cuestión una y otra vez.

Por otro lado, el contacto visual es mucho más marcado, y lo mismo sucede con el hecho de centrarse mucho más en la comunicación, la cual, después de todo es la base y el fundamento de relaciones positivas y sólidas.

¡La autora de este artículo cuenta con experiencia personal relacionada con el lenguaje de signos para bebés; ella vió cómo su nieta de 8 meses "daba a entender mediante el uso de signos" que quería más comida!.

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