Cómo Afrontar el Dolor Durante el Trabajo de Parto

A pesar de que el trabajo de parto puede llegar a parecer una experiencia atemorizante para muchas mujeres embarazadas, existen una gran variedad de métodos que pueden ser utilizados para lidiar con el dolor durante el trabajo de parto. Algunos de estos métodos sirven para aliviar el dolor natural del trabajo de parto, mientras que otros reducen el dolor provocado por el parto utilizando medicamentos. Nuestra guía para manejar el dolor propio del trabajo de parto le proporcionará un resumen general de la opciones que tendrá a su disposición para disminuir el dolor relacionado con el trabajo de parto.

Dolor Durante el Trabajo de Parto

El dolor durante el trabajo de parto es causado por las contracciones de los músculos de la pared uterina, así como también por la presión ejercida sobre el útero. Las mujeres también experimentan malestares durante el trabajo de parto debido a la presión que ejerce la cabeza del bebé sobre el intestino y la vejiga.

El nivel de malestar que puede llegar a experimentar una mujer al dar a luz varía de una a otra. Algunas mujeres experimentan calambres en todo el cuerpo, incluyendo el abdomen, la zona de la ingle y la espalda; mientras que otras sienten dolor en los costados del cuerpo y en sus caderas. Algunas mujeres podrían describir el dolor experimentado durante el trabajo de parto como algo similar a los calambres experimentados durante los ciclos menstruales, mientras que otras lo describen como una sensación de extrema presión sobre su cuerpo.

Opciones Médicas para Disminuir el Dolor Experimentado Durante el Trabajo de Parto

Por lo general, la anestesia epidural es administrada a las mujeres que la piden o que necesitan alivio médico para disminuir el dolor sufrido durante el trabajo de parto.

No obstante -en la actualidad- las epidurales están disponibles en dosis mucho más leves que en el pasado. De hecho -hoy en día- las epidurales están disponibles en aproximadamente un décimo de las dosis administradas veinte años atrás. Estas dosis menores implican que las mujeres que dan a luz podrían llegar a sentir y a mover sus piernas, además de sentir las contracciones como dolores leves o tics nerviosos; permitiéndoles de esta manera sentirse más involucradas en el proceso del trabajo de parto.

Hoy en día se prescriben una amplia variedad de anestesias epidurales:

  • Estándar: Esta epidural tradicional proporciona una continua dosis de medicación en forma de goteo en el espacio epidural, ubicado en la espalda de las mujeres.
  • Espinal-epidural combinada (EEC): Una EEC está compuesta por dos inyecciones que se colocan dentro de la misma jeringa; una de ellas es administrada en la zona epidural mientras que la otra es administrada en la zona más profunda de la columna vertebral. Este tipo de epidural es una forma particularmente eficaz de aliviar el dolor propio del trabajo de parto durante las etapas del trabajo de parto más avanzadas.
  • Anestesia epidural contralada por el paciente (AECP): Esta clase de epidural permite a la paciente autoadministrarse la medicación utilizando un botón adjuntado a una bomba encargada de hacer gotear dicha medicación. La AECP puede llegar a ser una opción sumamente atractiva para todas aquellas mujeres que desean mayor flexibilidad en el manejo del dolor durante el trabajo de parto, así como también para aquellas que desean aliviar el dolor individualizadamente.

A pesar de que sólo pequeñas dosis de la epidural pueden ingresar en el flujo sanguíneo del bebé, varios estudios llevados a cabo no han logrado demostrar ninguna clase de evidencia que apoye el argumento que afirma que las epidurales tienen un efecto negativo sobre la salud del bebé. Inversamente, otros estudios han desaprobado la teoría de que el hecho de administrarse una epidural puede afectar la habilidad del bebé para tomar el pecho correctamente.

Los partos naturales requieren una inyección epidural que entumezca el cuerpo desde las caderas hacia abajo, mientras que un parto por cesárea requiere una epidural que entumezca el cuerpo de la mujer parturienta desde los pechos hacia abajo. A pesar de que en el pasado la anestesia era administrada en los partos por cesárea; en la actualidad, la anestesia general sólo es administrada únicamente en un 5 o un 8% de los partos ocurridos en los Estados Unidos.

Las epidurales tardan aproximadamente de 10 a 20 minutos para comenzar a dar resultado y el entumecimiento generalmente desaparece de una a tres horas luego de haber dado a luz. Las mismas no son totalmente efectivas en sólo el 5% de los casos; algunas razones de por qué una epidural no es completamente efectiva es que la jeringa podría no estar directamente insertada dentro de la zona ubicada entre las vértebras o porque el catéter podría haber sido insertado incorrectamente. El tejido ubicado en el espacio epidural también podría evitar una adecuada administración de la epidural.

Por otro lado, existen algunas drogas no-epidurales disponibles para aliviar el dolor propio del trabajo de parto. Las más comunes son los narcóticos, los cuales son administrados mediante una inyección común o por vía intravenosa. La Nubaína (nalbofina) es un tipo de narcótico muy común utilizado para aliviar el dolor durante el parto y recae en la misma clase de drogas que la codeína y la morfina.

Opciones Naturales para Reducir el Dolor Propio del Trabajo de Parto

También existen una gran variedad de opciones para aliviar el dolor provocado por el trabajo de parto naturalmente.

Un método muy importante y efectivo utilizado para aliviar naturalmente el dolor propio del trabajo de parto es la respiración. El método Lamaze utiliza técnicas de respiración para relajarse durante el trabajo de parto; en este método se visualiza al parto como un proceso natural. La técnica Lamaze enfatiza la respiración y los masajes, y es llevada a cabo bajo la supervisión de un entrenador de trabajo de parto -usualmente el esposo o la pareja- el cual brinda apoyo y puede ayudar a aliviar el dolor al realizar masajes; además de prodigar mensajes de ánimo durante el trabajo de parto.

El método Bradley es otra opción natural utilizada para minimizar el dolor durante el parto. El mismo enseña que el trabajo de parto es un proceso natural y que el dolor provocado por el parto puede ser aliviado mediante la respiración; el uso de medicamentos es recomendado únicamente cuando sea necesario. El mismo también es realizado bajo la guía de un entrenador de trabajo de parto o bajo la supervisión de una doula.

La terapia acuática, como por ejemplo: el hecho de tomar una ducha o un baño tibio durante el trabajo de parto también puede ayudar a minimizar el dolor relacionado con el trabajo de parto. Un parto acuático es un tipo especial de parto en el cual el trabajo de parto típicamente ocurre en una piscina o bañera especialmente diseñada para partos acuáticos.

La acupuntura y los masajes son otras opciones naturales que ayudan a manejar el dolor provocado por el trabajo de parto, mientras que la hipnoterapia es un método popular que contribuye a aliviar el dolor propio del trabajo de parto a través de la relajación mental. Una pelota de parto puede brindar alivio y ayudar a soportar el dolor del trabajo de parto dolor al mismo tiempo que ayuda a reforzar los músculos abdominales.

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