Desprendimiento Prematuro de la Placenta

 

A pesar de que probablemente usted no le preste demasiada atención al tema, su placenta es un órgano sumamente importante para su embarazo. Su placenta realmente es el órgano encargado de transportar nutrientes, sangre y oxígeno a su bebé.

Por lo general, la placenta funciona normalmente hasta el momento del nacimiento de su bebé, ayudando a que el mismo/a crezca fuerte y sano/a. A veces, no obstante, la placenta puede llegar a presentar algunos problemas, los cuales pueden llegar a poner en riesgo su vida y la de su futuro bebé.

El desprendimiento prematuro de la placenta es una complicación placentaria que puede llegar a ocurrir durante el embarazo.

¿Qué es el Desprendimiento Prematuro de la Placenta?

Similar a la placenta previa, el desprendimiento prematuro de la placenta es una complicación del embarazo que afecta a su placenta. La misma provoca que la placenta se desprenda del útero antes de que llegue el momento del trabajo de parto y del nacimiento.

Por lo general, la placenta se desprende una vez que su bebé ha nacido. A pesar de ello -algunas veces- la placenta comienza a despegarse de su útero antes de que llegue el momento indicado. Este problema puede poner en riesgo el suministro de oxígeno y de sangre destinado a su bebé, así como también puede poner en peligro su propia salud.

¿Qué Factores Causan el Desprendimiento Prematuro de la Placenta?

Los factores causantes del desprendimiento prematuro de la placenta aún no han podido ser determinados. No obstante, se cree que ciertos factores podrían llegar a contribuir a que se desarrolle esta rara condición médica en algunas mujeres. Entre ellos se pueden incluir a los siguientes:

¿Quiénes Corren Peligro?

El desprendimiento prematuro de la placenta no es algo tan fuera de lo común, ocurriendo en 1 de cada 120 nacimientos. Esta condición médica generalmente afecta a las mujeres durante el tercer trimestre, aunque a veces puede desarrollarse en cualquier momento después de la semana 20 del embarazo.

A pesar de que cualquier mujer puede experimentar un desprendimiento prematuro de la placenta, pareciera que ciertas mujeres corren mayor riesgo de padecer esta complicación que otras. Entre los factores de riesgo se pueden incluir:

  • Haber sufrido un desprendimiento previo.
  • Padecer hipertensión arterial crónica.
  • Estar esperando un embarazo múltiple.
  • Tener más de 35 años de edad.
  • Fumar.
  • Consumir cocaína.
  • Tener fibromas uterinos.

Síntomas del Desprendimiento Prematuro de la Placenta

El principal signo indicador del desprendimiento prematuro de la placenta es el sangrado vaginal de color rojo oscuro. Este sangrado puede ser leve o bastante profuso. No obstante, algunas mujeres que sufren desprendimiento prematuro de la placenta no experimentan sangrado visible.

En lugar de ello, los coágulos de sangre se esconden detrás de la placenta, dificultando enormemente su visibilidad y detección. Otros síntomas son:

  • Dolor o sensibilidad en la zona abdominal.
  • Náuseas.
  • Sed excesiva.
  • Desvanecimientos.
  • Disminución de los movimientos del bebé.
  • Calambres.
  • Contracciones severas que no desaparecen.
  • Presencia de sangre en el líquido amniótico.

Diagnóstico

El hecho de diagnosticar el desprendimiento prematuro de la placenta usualmente se basa en los síntomas que presente la paciente. Por lo general, se le realizará una prueba de ultrasonido para poder visualizar la placenta y determinar si hay sangre dentro de su útero.

Con esta prueba de ultrasonido también se puede determinar el estado de salud del bebé. Dependiendo de sus síntomas y de los resultados arrojados por la prueba de ultrasonido, se le puede diagnosticar de uno a tres grados de desprendimiento prematuro de la placenta:

  • Grado 1: sangrado leve, sin dolor fetal.
  • Grado 2: sangrado leve a moderado, contracciones, y latidos cardíacos fetales deficientes.
  • Grado 3: sangrado moderado a severo o sangrado oculto, dolor abdominal, y contracciones muy dolorosas.

Complicaciones Asociadas al Desprendimiento Prematuro de la Placenta

El desprendimiento prematuro de la placenta puede llegar a convertirse en algo realmente grave, especialmente en los casos en los que la placenta se ha desprendido completamente o si la hemorragia fuera realmente cuantiosa. Entre las complicaciones se pueden incluir a las siguientes:

Tratamiento para el Desprendimiento Prematuro de la Placenta

Desafortunadamente, no existe una cura para el desprendimiento prematuro de la placenta. No hay forma de volver a adherir o colocar la placenta nuevamente en su lugar o de lograr que la placenta no siga desprendiéndose.

El tratamiento se centra en mantener en buen estado la salud de la mamá y del bebé. Dependiendo de cuán severo sea su desprendimiento, variará el tratamiento a llevar a cabo.

Si su desprendimiento fuera leve y tuviera poco sangrado, lo más probable es que deba permanecer en el hospital para poder ser monitoreada de cerca. Siempre y cuando su bebé no dé señales de estar sufriendo se le permitirá proseguir con su embarazo.

Si estuviera llegando a la fecha del parto, lo más probable es que su doctor de cabecera decida inducir el mismo.

Si -por el contrario- su desprendimiento fuera severo o sus hemorragias fueran realmente cuantiosas, lo más probable es que su bebé deba nacer por medio de una cesárea.

Si no hubiera llegado a las 36 semanas de embarazo, se le podrían administrar al bebé corticosteroides antes de su nacimiento, a fin de ayudarlo a desarrollar sus pulmones y los demás órganos. Ésto le aportará una mayor posibilidad de sobrevivir si nace antes de tiempo.

En los casos en los que la hemorragia fuera muy severa, lo más recomendable serían las transfusiones de sangre.

 

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