Ceremonia Hollekreisch
En la actualidad, muchos padres Judíos se encuentran buscando nuevas maneras de dejar plasmado el nacimiento de una bebita. En el proceso de búsqueda de un ritual pertinente, los padres en cuestión se encargan de reexaminar prácticas antiguas que podrían tener elementos que podrían ser incorporados en una ceremonia más moderna. Una de dichas ceremonias fue documentada en el siglo trece por Simcha de Vitry, y la misma recibió el nombre de "Hollekreisch".
La ceremonia Hollekreisch era una costumbre que ponían en práctica las comunidades Judías que vivían en el Sur de Alemania y en Suiza, y la misma estaba influenciada en gran medida por prácticas y costumbres folclóricas Alemanas.
Cuando el bebé cumplía aproximadamente unos treinta días, el mismo/a debía ser llevado/a a la Sinagoga por su madre. Los congregados le daban la bienvenida al bebé cantando canciones, y al padre del niño/a se lo llamaba para que ubicado en el estrado leyera un verso escrito en un pergamino procedente de la Torá.
Todos los Niños Decían: "Holle, Holle, ¿Cuál Será el Nombre del Bebé?"
Una vez que terminaba el servicio, los allí congregados seguían a la familia del bebé recién nacido hasta su hogar. Luego, el bebé era colocado en su bella cuna decorada y todos los niños levantaban la cuna tres veces pronunciando la siguiente frase: "Holle, holle, ¿cuál será el nombre de la niña?"
Después de Haber Pronunciado en Voz Alta el Nombre Secular de la Bebé, los Niños Presentes Recibían Dulces
Posteriormente, los niños pronunciaban en voz alta el nombre secular de la bebé. La costumbre dictaminaba que un bebé Judío debía tener un nombre de origen Hebreo - para propósitos ceremoniales - así como también un nombre secular para poder usar a diario.
Una vez que el nombre secular era pronunciado en voz alta; los niños presentes recibían dulces de manos de los padres de la bebita. La práctica también se aplicaba para los niños - pero con menos frecuencia - debido a que los niños poseían varias ceremonias relacionadas con su nacimiento, como por ejemplo el ritual de circuncisión; el Brit Milah, el Shalom Zachor; una reunión de amigos durante la víspera del primer Sabbath posterior al nacimiento del bebé, y - en algunos casos - el Pidyon HaBen; o Ceremonia de Redención del Primogénito.
Los eruditos e investigadores no están seguros sobre los orígenes del nombre de esta ceremonia. Algunos sugieren que sus raíces provienen de una legendaria costumbre Alemana en la cual la mítica figura de Holle, amenazaba a los niños.
Otra costumbre mítica Alemana describe a Frau Holle, la diosa responsable de traer a los niños a la tierra. El nombre de la ceremonia evoca una explicación mucho más simple, así como también una combinación de dos palabras: la palabra de origen Yídish "Chol", la cual significa secular y se refiere al nombre secular del bebé, y la palabra Alemana "Kreischen", la cual significa 'gritar' y se refiere al proceso de pronunciar en voz alta el nombre secular del bebé.
Existen innumerables casos documentados de la ceremonia Hollekreisch en la ciudad de Estrasburgo, hasta la década de 1950, aunque la ceremonia era principalmente celebrada por los Judíos que vivían en las áreas rurales.
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