Apodos Hirientes

Agonizando por culpa de los nombres

Los padres que recibieron apodos hirientes cuando eran niños son más propensos a sentirse temorosos cuando deben elegir el nombre de su bebé. Ellos recuerdan el enorme dolor que padecieron.

Es por ello que examinarán uno y otro nombre a fin de asegurarse de que no haya forma de que dicho nombre se convierta en un apodo que le cause dolor o vergüenza a su hijo/a, antes de atreverse a elegir un nombre en particular para el mismo/a.

En mi calidad de mamá de 12 niños, no soy la excepción a la regla, es por esta razón por la cual también he agonizado pensando en los nombres que les podía dar a mis hijos.

Yo fui obsesiva y me sentí incómoda tratando de decidir

Cuando era joven, era torpe y obsesiva. Me llevaba mejor con los adultos que con las personas de mi misma edad. Como consecuencia de ello, era leña para el fuego de los apodos extraños.

No pasó mucho tiempo hasta que los otros niños se dieran cuenta a qué nombre correspondían la primera y la última inicial de mi nombre: BM. ¿Qué podría ser más penoso que ser llamada BM durante todo el transcurso de la escuela primaria?.

En un intento por defender mi honor, me dí cuenta de que el espectáculo televisivo más popular en ese momento poseía, como personaje principal a "Batman", cuyas iniciales eran, poniendo en marcha la creatividad y la imaginación: "BM".

Es así que les dije a mis compañeros de escuela, "¡Mejor, tengan cuidado conmigo!, "BM" también significa "Batman". ¡No querrás tener que vértelas con él!".

Esta frase no fue de mucha ayuda para sacarme de mis aprietos. Continué siendo catalogada como si mi nombre se refiriera a un movimiento intestinal hasta que llegué a 6to. grado. No sólo se trataba del apodo; sino que también se trataba un poco de aguantar manifestaciones de violencia durante los recreos. Mi mamá trató de ayudar; concertó una cita con mi maestra, pero nada parecía ser de utilidad.

Finalmente, ya sintiéndome incapaz de soportar mi situación por más tiempo, le rogué a mamá que me permitiera registrarme en un colegio privado en mi ciudad, y realmente me sentí muy afortunada cuando ella accedió a mi petición.

Dicho colegio me salvó en lo relacionado a mi capacidad de ganar estabilidad y respeto social y de mejorar mi autoestima. Fue la primera vez que recuerdo haber sido no solamente aceptada socialmente, sino que además me convertí en una persona popular.

En dicha escuela reinaba una atmósfera totalmente diferente, todos sentíamos que pertenecíamos a una gran familia, y todos formábamos parte de un espíritu unificado.

En un estudio llevado a cabo en la Universidad de Cardiff, se descubrió que el 20% de los niños/as experimentaban la desdicha de ser llamados con apodos hirientes diariamente. 220 adultos completaron este cuestionario sobre sus experiencias con los sobrenombres o apodos en la escuela.

Dicho estudio determinó que el hecho de ser llamado utilizando tales apodos traía como consecuencia de largo plazo un profundo efecto en estas personas cuando se convertían en adultos.

También se descubrió que la mayor parte de las veces, los apodos describían los atributos físicos en términos negativos y que dichos nombres provocaban impactos negativos que perduraban por años.

Proteja a su hijo/a

Es realmente importante darse cuenta de que la forma de llamar a una persona podría dar lugar a formas de intimidación, y por ello debería ser utilizado para proteger la autoestima de su hijo/a.

Cualquier cosa realizada por un niño con el propósito específico de causar malestar a otro niño/a puede ser catalogado como una conducta intimidatoria, sin importar si la conducta es secreta o pública.

¡Si su hijo/a está siendo victimizado, por favor, póngase en contacto con los maestros/as del mismo/a y con los administradores de la escuela, e insista en que hagan algo para subsanar este problema inmediatamente!.

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